Caracas.- Trabajadores del restaurante Shawarma Harb, ubicado en El Paraíso, denuncian el cierre arbitrario de este establecimiento por la fiscalía 87 del Ministerio Público (MP). Aseguran que son al menos 31 empleados los que quedaron sin sustento diario. Solo reciben su sueldo base, pero no las comisiones, que son el ingreso más representativo.
Este 4 de junio, el local cumplió 27 días cerrado, luego de que la fiscalía 87 ejecutó el cierre el 8 de mayo alegando que había una presunta invasión. Sin embargo, en el sitio no se encontraba ningún trabajador o propietario, de acuerdo con el abogado y representante de Inversiones El Shawarma de Harb, Alí Mansour.
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Mansour explicó que el inmueble es propiedad del Centro Árabe Palestino, pero desde hace 14 años suscribió un contrato de arrendamiento con socios del establecimiento de comida y, hasta el momento, todo marchó con normalidad, pero hubo un cambio de junta directiva y comenzaron los conflictos entre socios.
«Los representantes del Centro Árabe Palestino cobraban aproximadamente 300 dólares por el alquiler del local y luego quisieron aumentar a 1.500 dólares, una exageración porque es un local pequeño», indicó el abogado.
Por otra parte, dijo que hay irregularidades en el caso porque además de la fiscalía 87, también la 46 lleva la investigación. «Es muy extraño que dos fiscalías distintas sigan dos investigaciones de los mismos hechos«, agregó.
Amenazas a trabajadores
El martes 4 de junio, los trabajadores del establecimiento se concentraron a las afueras del lugar para exigir su reapertura y comenzar sus labores. En el sitio se encontraba Alí Jabor Abdel, uno de los socios, a quien denunciaron por amenazarlos de muerte.
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Franyelis Quevedo tiene 14 años trabajando en este local de venta de shawarmas y comentó al equipo de El Pitazo que nunca antes había ocurrido por una situación como esta. Indicó que Alí Abdel la amenazó con lanzarla a un barranco y también la empujó. Ella lo denunció ante las autoridades competentes.
El abogado Mansour precisó que esta situación ha generado un clima de miedo e incertidumbre entre el personal. Temen por su seguridad y bienestar. En ese sentido, espera una pronta resolución del conflicto entre los socios para que el restaurante reabra y los trabajadores reanuden sus actividades laborales en un ambiente seguro y estable.
El dirigente sindical Pablo Zambrano acompañó a los trabajadores en su protesta y aseguró que los vecinos también expresaron su preocupación por el impacto que esta situación está teniendo en las familias afectadas. Asimismo, hizo un llamado a las autoridades para que intervengan en el caso y se garanticen la seguridad y los derechos laborales.
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