“Bailar es una de las actividades recreativas más completa y saludable para el individuo. Mucho mejor si se hace en grupos, con amigos; bailar Kizomba y Bachata me ayudó a superar una relación de pareja tóxica, siempre recomiendo bailar no solo para el estrés sino para socializar”, confesó Claudia León a El Pitazo en la Calle.
Claudia vive en Lomas del Ávila del municipio sucre explicó que bailar le permitió mejorar su salud, ser más flexible, tener mejor ánimo, “me gusta que uno conoce personas de todas las edades, de otros países, bailar es una actividad que te ayuda a crecer en lo social, entiendes qué es trabajar en grupo para lograr que una presentación salga bien, sobre todo los que practican Salsa Casino”.
Carlos Perdomo, habitante de la UV9 de la parroquia Caricuao, coincidió con Claudia en que bailar lo ayudó a relajarse, a entender que su salud estaba en riesgo, “un amigo me alertó y me explicó que el mal humor, la molestia en el estómago, el desánimo, eran síntomas de que la rutina laboral comenzaba a afectarme”.
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Perdomo señaló que reparar computadoras, conectar sistemas de seguridad en compañías por más de 20 años ya le estaba pasando factura: presentaba pérdida de peso, calvicie, acidez estomacal sumado al mal humor que puso en riesgo hasta su matrimonio de 14 años, “le hice caso a mi amigo, me anoté en un grupo de baile que se llama Casineros, hay dos, me anoté en el de Ruíz Pineda, ya tengo un año, ya mi esposa baila en nuestro grupo, hace dos meses ingresó mi hijo de 15 años y de verdad nos sentimos bien”.
Terapia completa
Kely Márquez tiene 18 años, práctica Kizomba y Bachata en la academia de baile llamada Danzur y en la de Ritmo, Sabor y Clave ubicadas en Plaza Venezuela y Sabana Grande, respectivamente, comentó que no tenía mucho roce social, solo con sus compañeros del liceo, pero al culminar el bachillerato quedó otra vez como en cero, “comencé a bailar porque mi novio es bailarín; me lo recomendó, hice la prueba, pensé que no iba a poder porque soy asmática y tengo un dolor en una rodilla “.
La joven consultada habitante de la parroquia La Candelaria comentó que esos males desaparecieron en lo que hizo constante la práctica de Bachata y Kizomba. Acotó que ya tiene dos años en esta actividad, “recomiendo bailar, las endorfinas que libera el cuerpo, el ejercicio hace que te sientas bien, en estos grupo se crea el compañerismo, el problema de uno termina siendo de todos”.
Claudia, Carlos y Kely recomiendan desde sus experiencias esta actividad para bajar las emociones negativas; comentaron que por ser habitantes de la Gran Caracas, el estrés se hace inevitable, único, sumado a las deficiencias de los servicios públicos y cualquier problema personal, destacaron que lo interesante es que esto puede ser superado, aliviado por la hora o dos horas de baile junto a otras personas.
“Hace falta que nos inspiremos, que nos motivemos, el compañerismo que se logra en estos grupos de baile me ha cambiado para bien, me ha hecho más sensible, más comprometido con mis iguales”, confesó Carlos Perdomo a El Pitazo en la Calle.
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