En cuatro años la plantilla de los docentes del ministerio se redujo a la mitad

Caracas.- Este miércoles 11 de diciembre, la Unidad Democrática del Sector Educativo (Udse) presentó un balance como cierre de año sobre la situación de la profesión docente, la exclusión escolar, el deterioro de los planteles y el desinterés del ministro Aristóbulo Istúriz.

«El 2019 podemos decir que fue el año en el que más se violaron los derechos humanos del sector educativo«, aseguró Raquel Figueroa, coordinadora nacional del movimiento. Una de las consecuencias que más resiente el gremio es la reducción de 50 % de los docentes desde 2015.

Hace cuatro años, había 527.538 profesionales adscritos al Ministerio de Educación en los 26.000 planteles que se registraban hasta 2015. Para el nuevo período escolar 2019-2020, la nómina era de 263.769 docentes.

Figueroa explicó que las condiciones laborales no son «ni siquiera mínimas» y han sido denunciadas desde el 16 de septiembre, cuando las clases iniciaron con protestas de educadores en varias ciudades del país para exigir dolarización de los salarios, revisión del contrato colectivo, reestructuración de escuelas y liceos, reivindicación de la profesión docente y la renuncia de Istúriz.

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Aunque no hay precisión con respecto a las especificaciones del abandono de los profesores y maestros, Figueroa expuso que muchos emigran y otros consiguen otros empleos que les permitan sobrevivir. Actualmente,

Exclusión versus deserción

La precarización del sistema educativo venezolano también se tradujo, sobre todo en 2019, en el aumento de la exclusión escolar. La Udse estimó que entre 46 % y 50 % de estudiantes abandonaron las aulas en todo el país. A diferencia de la deserción, que es por voluntad propia, se habla de exclusión escolar cuando las condiciones de vida obligan a dar prioridad a otras necesidades, por ejemplo, la alimentación.

Entre las causas, Figueroa precisó la desaparición de los desayunos en todos los Programas de Alimentación Escolar (PAE) del país. Además, explicó que en los colegios en los que aún se sirven almuerzos, la calidad nutricional disminuyó en 73 %.

La suspensión de beneficios como el pasaje estudiantil, los seguros escolares y la orientación vocacional y psicológica se sumaron a la lista de pendientes de este año y Figueroa aseguró que, sin esos derechos, estudiar se hace cuesta arriba. Además, el ausentismo escolar se incrementó, en gran medida, por las fallas de servicios como el transporte público y el agua.