Caracas.- Sostenida con dos bastones que le limitan su movilidad o correr en caso de emergencia llegó la jubilada del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), Petra Flores, a la protesta del pasado miércoles 19 de julio, en la plaza de Parque Carabobo, para exigirle al fiscal general, Tarek William Saab, que le dé una respuesta a sus demandas de un salario digno.
La lesión que tiene en la cadera no le impide movilizarse y participar en las concentraciones que, espera, sirvan para alcanzar una respuesta a su situación económica que se ha visto mermada debido a la pérdida de su capacidad adquisitiva.
En las adyacencias del Ministerio Público (MP), Flores comenta que los altos costos de los medicamentos que necesita para sus condiciones de salud hacen que su pensión se vea reducida, puesto que enfrenta un problema en la cadera producto de la poliomielitis que padeció de bebé, así como de tiroides, un pequeño soplo en el corazón e hipertensión.
“Nuestro salario no nos alcanza para las medicinas ni para comer. Hemos trabajado tanto en el Seguro Social que hoy en día ignoran y tenemos que estar en la calle pidiendo clemencia, que nos ayuden y protejan", dice Flores.
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La jubilada de 66 años de edad aboga porque sus reclamos sean escuchados y que se les brinde un salario digno y una solución a los problemas que atraviesan. “Ya todos somos unos ancianitos", menciona.
“Toda la juventud la hemos dejado para ellos y para nosotros nada", añade Flores. Asegura que dio casi 30 años de su vida como camarera en los servicios de salud adscritos al IVSS y ahora solo cobra 130 bolívares de sueldo mínimo.
“Eso da vergüenza decirlo, 28 años de servicio para cobrar una miseria porque el bono de guerra son 850 bolívares, lo que no cubre nada", señala la jubilada del IVSS.
Una clínica para atender sus necesidades
Como una bendición califica Flores el poder salir a las calles a apoyar a sus compañeros. Considera que todos los jubilados necesitan una clínica donde puedan ser atendidos y denuncia que ni en el IVSS les brindan atención médica.
“El olmesartán me sale en 300 bolívares, ya digo que no puedo comprar más nada. Por eso, tengo que caminar para buscar medicamentos económicos y, además, tomó bisoprolol, amlodipina y atorvastatina", cuenta.
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Para adquirir estos medicamentos, Flores necesita unos 750 bolívares mensuales, si solo consume una pastilla de cada uno a diario. Ante esta situación, adquiere los fármacos y alimentos que consume de forma graneadita.
“Un día compro un medicamento y espero que me llegue el bonito o algo para ir por el otro. Compro alitas porque con cualquier cosa uno resuelve para comer, pero no es igual como antes, lo que es complicado para la vida de uno", narra la extrabajadora de la administración pública.
Flores asegura que cuando le toca hacerse un examen o algún estudio médico debe repetir su estrategia y esperar alguna bonificación, porque no cuenta con un sistema de salud que le brinde asistencia.
“Yo tengo que hacerme unos examenes, pero mejor me hago la loca porque puede darme algo", sentencia la jubilada de 66 años.