La muerte de Deisy Rivas, habitante de la parroquia El Paraíso, tiene desconsolados a los residentes de esta comunidad caraqueña. Sostienen que ya ni en sus casas están seguros en cada nuevo enfrentamiento de las fuerzas de seguridad del Estado con la banda de «el Coqui».
Deisy Rivas, de 55 años de edad, fue herida por una bala perdida en su apartamento el 19 de marzo, fecha del enfrentamiento más reciente. Rivas falleció el 20 de marzo debido a que la bala comprometió varios de sus órganos internos, a pesar de que fue intervenida.
Rosa Castro, habitante de la parroquia El Paraíso, señaló que viven una pesadilla cada vez que se enfrentan los guardias y policías con los hombres de «el Coquí»: «Es una locura total lo que padecemos con cada tiroteo. Lo grave de este caso es que no vemos una solución».
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Más de seis horas puede durar cada enfrentamiento. Los consultados indicaron además que lamentan ver cómo corren los efectivos policiales y guardias para huir de los delincuentes de la Cota 905.
Los consultados confesaron que por esta situación de inseguridad se encuentran atrapados, porque ni siquiera tienen la opción de vender sus apartamentos: dudan de que existan compradores debido a esta realidad. Así lo confesó Carla Vera, habitante de la torre Cima del conjunto residencial El Paraíso.
«Cada vez mes o cada dos semanas nos toca escucharlos, escondidos, en nuestros cuartos o tirados en el piso. El ruido de las ráfagas, y ni hablar cuando usan granadas, es desesperante porque se escuchan muy cerca», cuenta Ana de Martínez, habitante de la torre Everest de la parroquia El Paraíso.
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«Frente a esta situación tan desesperante no podemos tener ninguna calidad de vida, porque no sabes en qué momento comienzan los delincuentes a imponerse, a caerse a tiros con otras bandas o con la policía. Lo triste es que los habitantes de El Paraíso somos los que estamos en medio de esta guerra», aseguró Alicia Santoro, habitante del conjunto residencial El Paraíso.
Santoro indicó que se pueden ver agujeros dejados por el impacto de las balas en los apartamentos de los pisos más altos de este conjunto residencial, mejor conocido como «los marrones».
Los consultados coinciden en que no ven ni siquiera la intención de los cuerpos de seguridad que tienen en su comunidad de fijar estrategias o planes de protección para la ciudadanía de El Paraíso.