El Congreso de Perú respondió la noche de este lunes al anuncio de su disolución por parte del presidente Martín Vizcarra aprobando una moción de incapacidad temporal contra el mandatario para suspenderlo de su cargo.
Con 86 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones, la cámara controlada por el partido opositor Fuerza Popular -de corte fujimorista-, declaró vacante la Presidencia de la República por «incapacidad moral», por lo que instaron a la vicepresidenta Mercedes Aráoz a asumir de inmediato la jefatura de Estado. 44 de los 130 miembros que forman el Congreso no estaban presentes al momento de la votación.
«El temor a las 46 investigaciones por corrupción que tiene Vizcarra, lo llevó a disolver el Congreso de la República, nosotros daremos la batalla por la democracia. Hoy Vizcarra dió el paso que lo separa de la legalidad, hoy comienza su fin», escribió en su cuenta de Twitter el congresista de Fuerza Popular Héctor Becerril.
La Constitución peruana faculta al presidente de la República para disolver el Congreso cuando esta censura o niega en dos oportunidades una cuestión de confianza dictada por el Consejo de Ministros, según su artículo 134.
Ya el Legislativo había negado en una ocasión dicha cuestión de confianza durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, al cual sucedió Vizcarra tras su renuncia en 2018, por lo que sigue contando como una misma administración. Según el propio Vizcarra, la segunda negativa ocurrió este mismo lunes cuando el Congreso omitió la discución del voto de confianza solicitado para modificar el sistema de elección de los magistrados del Tribunal Constitucional, y en su lugar eligió a Gonzalo Ortiz de Zevallos como miembro del cuerpo en un acto catalogado como «argucias y trampas políticas» por el Ejecutivo.
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Dos presidentes
A pesar de que para el momento de la sesión, el Congreso ya había sido disuelto por Vizcarra, la vicepresidenta Mercedes Aráoz Fernández acató la resolución del Parlamento y juró como mandataria interina del Perú.
“Es una de las decisiones más difíciles que he tomado en mi vida. Lo más fácil hubiera sido renunciar y negarme a asumir el compromiso que acepté en el 2016. Soy una mujer de principios y no me corro de mis responsabilidades", señaló la funcionaria quien en 2018 había negado la posibilidad de juramentarse si se destituía a Vizcarra, alegando que no se convertiría en un «títere» del Legislativo.
El nombramiento hizo explotar las redes sociales, desde donde se esgrime que los congresistas participantes en la sesión ya habían sido separados de su cargo según la Constitución, por lo que el acto carece de efecto y Vizcarra puede continuar en la presidencia de momento.
Mientras se realizaba la sesión, en las afueras del Palacio Legislativo se concentraban cientos de manifestantes, quienes salieron a las calles en apoyo a Vizcarra y mantienen acordonados los alrededores.
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