Un fuerte terremoto de magnitud 7,3 sacudió este miércoles, 16 de marzo, la región de Fukushima y fue seguido de una alerta de tsunami, un seísmo cuyos daños están siendo evaluados por las autoridades niponas y que revivió los temores del desastre de 2011.
El terremoto se produjo a las 23.36 hora local (14.36 GMT) del miércoles, frente a las costas de Fukushima y Miyagi (noreste) y a una profundidad de 60 kilómetros, según informó la Agencia Meteorológica de Japón (JMA), que advirtió sobre un posible tsunami en ese litoral de hasta un metro de altura.
El seísmo, que se produjo seis días después del 11 aniversario del devastador terremoto y tsunami en esta misma zona, llegó a alcanzar el nivel seis alto en la escala nipona, de un máximo de siete y centrada en medir la agitación en la superficie y las zonas afectadas más que en la intensidad del temblor.
El temblor se dejó notar con fuerza en otras zonas del este y del centro de Japón, entre ellas Tokio, donde alcanzó el nivel cuatro de la escala japonesa.
Cortes de luz y anomalías en centrales atómicas
El terremoto causó amplias interrupciones en el suministro energético en todo el país, además de afectar a los sistemas de refrigeración de combustible nuclear usado y almacenado en la central atómica de Fukushima Daini.
La operadora de la planta, TEPCO, detectó este problema ocasionado por el terremoto aunque logró resolverlo tras recuperar la alimentación eléctrica, y también informó de una falsa alarma anti incendios en Fukushima Daiichi, la central en proceso de desmantelamiento desde la crisis nuclear causada por el desastre de 2011.
El regulador nuclear nipón informó de que no se han registrado por el momento aumentos de la radiactividad en las centrales o en sus proximidades.
El primer ministro nipón, Fumio Kishida, afirmó por su parte que «no se han detectado irregularidades» significativas en las centrales, en declaraciones a los medios, después de que TEPCO informara sobre los incidentes.
Más de 2 millones de viviendas se quedaron sin luz tras el seísmo en Tokio y alrededores, donde también quedaron interrumpidos los servicios de trenes locales y regionales, mientras que en la región de Tohoku (norte) más de 156.000 perdieron también el suministro eléctrico, según las compañías operadoras.