Un juez federal en Nueva York se negó este martes 15 de marzo a desestimar cargos criminales contra el general retirado Clíver Alcalá, quien está acusado, junto al gobernante Nicolás Maduro, de “inundar" Estados Unidos con cocaína.
El juez Alvin Hellerstein dijo durante la audiencia en el caso contra Clíver Alcalá, que las autoridades estadounidenses pueden presentar cargos criminales contra cualquier funcionario extranjero que viole las leyes estadounidenses, incluso cuando su supuesta conducta se llevó a cabo durante el ejercicio oficial de su trabajo.
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“La inmunidad por soberanía no protege a un Estado deshonesto ni a funcionarios deshonestos", dijo el juez en la corte federal de Manhattan. “No estamos lidiando aquí con actividad criminal ordinaria. Estamos lidiando con conducta criminal ordinaria a los niveles más altos del gobierno", cita un trabajo de AP.
El fallo significa que Alcalá debe enfrentar un juicio por sus presuntos delitos. Ellos incluyen proporcionar seguridad para el libre movimiento dentro de Venezuela de rebeldes de la vecina Colombia, así como desactivar radares militares y devolver cargamentos de drogas incautados a los insurgentes.
Alcalá lo niega todo
Los abogados de Alcalá buscaron desestimar los indicios de narcoterrorismo presentados contra su cliente hace dos años. Alcalá se ha declarado inocente de cargos de que trabajó con el mandatario chavista para enviar cocaína a Estados Unidos.
Según las acusaciones de la fiscalía del distrito sur de Nueva York, el general retirado y Maduro fueron parte de un grupo de oficiales y funcionarios de alto rango de Venezuela que trabajaron con rebeldes colombianos. El objetivo era enviar presuntamente 250 toneladas métricas de cocaína al año a Estados Unidos .
Alcalá no sólo niega las acusaciones sino que asegura que es enemigo de Maduro. Ha sido un crítico abierto de Maduro desde que asumió el cargo en 2013, tras la muerte de Hugo Chávez. Además, se ha jactado de tomar las armas contra el líder socialista con pleno conocimiento de altos funcionarios estadounidenses.
En el momento de su arresto, había estado viviendo durante varios años en Colombia. Estaba ayudando a entrenar en campamentos secretos a un ejército heterogéneo de desertores militares venezolanos, quienes intentaban derrocar a Maduro.
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