Luego de que el Papa Pablo VI, la Iglesia Católica buscó un nuevo aire, por lo que eligió para suplirlo al italiano Albino Luciani, quien decidió que su nombre papal fuese Juan Pablo I. Sin embargo solo ocupó su puesto durante 33 días, ya que falleció en extrañas circunstancias, que después de más de 40 años siguen siendo un misterio.
Anthondi Raimondi, quien fue miembro de la mafia italiana en Nueva York, confesó en una entrevista concedida al New York Post, que participó en el presunto asesinato y de ese modo presenció la muerte del sumo pontífice en el Vaticano en 1978.
Con dicha información, Rimondi hizo adelantos de su libro «When the Bullet Hits the Bone» (Cuando la bala golpea el hueso), donde hace un relato de la muerte de Juan Pablo I.
¿Cómo lo hizo?
El ganster aseguró que su participación en el crimen inició al ser contactado por su primo, el cardenal Paul Marcinkus, quien dirigía el Banco Vaticano; su papel entonces fue memorizar los hábitos del Papa para saber cuál era el mejor momento para darle una gran dosis de Valium y de esa forma poder envenenarlo con cianuro.
«Estaba parado en el pasillo afuera de las habitaciones del Papa cuando se sirvió el té (en el que estaba el Valium)», dijo Raimondi, al tiempo que aseguró que incluso de haber habido un terremoto el santo padre «no hubiera despertado».
Sin embargo en su historia confesó que fue el cardenal Marcinkus quien «colocó el gotero en la boca del Papa y lo apretó».
Al transcurrir de los minutos luego del crimen, un asistente del Papa se percató de la situación y pidió ayuda. Los primeros en llegar fueron Marcinkus y dos de sus cómplices que actuaron como si estuvieran sorprendidos de encontrar al pontífice al borde de la muerte.
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«Hice muchas cosas en mi vida, pero no quería estar allí en la habitación cuando mataron al Papa. Sabía que me compraría un viaje de ida al infierno", explicó.
¿Por qué?
En ese entonces, un médico del Vaticano sentenció que Juan Pablo I había sufrido un ataque fulminante al corazón. Aún así existieron sospechas sobre un posible caso de asesinato.
El motivo por el que atentaron contra el máximo representante de la Iglesia Católica tuvo que ver con un fraude multimillonario en el que Marcinkus estaba implicado como director del Banco Vaticano.
De acuerdo a la declaración de Raimondi, a través del Banco Vaticano se habían vendido certificados falsos de acciones de grandes compañías estadounidenses como IMB, Coca Cola e IBM a compradores ingenuos por valor de 1.000 millones de dólares.
Cuando Juan Pablo I asumió su cargo prometió destapar este caso de corrupción con la expulsión de todos los implicados, que habrían sido «la mitad de los cardenales y obispos en el Vaticano», dijo Raimondi que se retiró de la mafia y en la actualmente lucha contra un cáncer.
Según el hombre, después de concretar su acto criminal se quedó junto a sus secuaces y se dio cuenta de la vida de lujos que vivían los miembros del clero.
Con información de Semana
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