Roma.- El papa denunció este miércoles 26 de agosto, durante su catequesis que sigue celebrándose sin fieles en el palacio pontificio, que la pandemia ha agravado los problemas sociales, sobre todo la desigualdad, y criticó una «economía enferma» que lo permite.
El papa argentino puso como ejemplo que durante esta pandemia «algunos pueden trabajar desde casa, mientras que para muchos otros esto es imposible» y que «ciertos niños, a pesar de las dificultades, pueden seguir recibiendo una educación escolar, mientras que para muchísimos otros esta se ha interrumpido bruscamente».
«Algunas naciones poderosas pueden emitir moneda para afrontar la emergencia, mientras que para otras esto significaría hipotecar el futuro», agregó.
Francisco está dedicando sus catequesis de los miércoles al tema de cómo el mundo ha cambiado debido a esta pandemia.
PAPA FRANCISCO: «QUE TRISTE SI LA VACUNA FUERA PROPIEDAD DE UNA SOLA NACIÓN»
Para el pontífice, estos síntomas de desigualdad «revelan una enfermedad social; es un virus que viene de una economía enferma. Es el fruto de un crecimiento económico injusto, que prescinde de los valores humanos fundamentales».
Denunció además que «unos pocos muy ricos poseen más que todo el resto de la humanidad» y que esto «es una injusticia que clama al cielo».
Además, añadió, que «la desigualdad social y el degrado ambiental van de la mano y tienen la misma raíz la del pecado de querer poseer y dominar a los hermanos y las hermanas, la naturaleza y al mismo Dios».
Y advirtió que «estamos cerca de superar muchos de los límites de nuestro maravilloso planeta, con consecuencias graves e irreversibles».
Francisco recordó que se nos pidió asegurar que los frutos de la Tierra lleguen a todos, no sólo a unos pocos y que «sin embargo, observamos que el homo sapiens, llamado a ser solidario, se deforma y se convierte en una especie de homo economicus, que busca su propio interés de forma individualista».