Por Oriana García, del Programa de formación de nuevos periodistas
Mérida.- Los bajos sueldos en Venezuela llevan a los ciudadanos a encontrar en la informalidad mejores fuentes de ingreso. Un ejemplo de ello es Jhon Lacruz de 51 años, quien emigró a Ecuador a probar suerte. Vendía agua y refrescos en un semáforo, luego de un accidente y del único lugar donde había conseguido trabajo fue despedido, por lo cual se vio en la necesidad de regresar a Mérida e iniciar su propio emprendimiento vendiendo perros calientes.
“Hay días que se venden 10 paquetes de perros calientes, como hay veces se venden 8 paquetes diarios. De esas ventas me gano 40 dólares, de ese dinero debo invertir para el negocio y me quedan 10 dólares, que solo rinde para un cartón de huevos, un poquito de queso, una harina y para el jugo. En realidad no rinde para nada", aseveró Lacruz.
También Carolina Hernández, de 40 años, madre soltera de tres niños pequeños, recurrió a la informalidad para encontrar mejoras en su vida y la de su familia. Hernández se ubica todas las mañanas en el viaducto Campo Elías.
“Vendo las moras en 30 bolívares el kilo, a diario me hago entre 10 a 15 dólares. Me alcanza para comprar los pañales de mis hijos, un kilo de harina, café, queso y azúcar", dijo.
Cendas-FVM: venezolanos necesitan 16,74 dólares diarios para adquirir la canasta alimentaria
El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) reportó que la inflación acumulada para julio fue de 115 % y la canasta alimentaria al mes de junio fue de 511,20 dólares. Estas cifras obligan a los venezolanos a tener más de un trabajo que le permita cubrir sus necesidades básicas, según Dyanna Ruiz, economista y profesora de la Universidad de Los Andes (ULA).
“Un trabajador requeriría de 124,38 salarios mínimos para adquirir los 60 productos que componen la canasta básica y una familia tendría que contar con 17,04 dólares diarios, un equivalente a 3,04 dólares diarios por persona, para comprar estos 60 productos. Esto ha forzado al venezolano a buscar más de un empleo que le permita adquirir, por lo menos, lo mínimo", explicó Ruíz.
A su consideración hace falta más que un conjunto de buenas intenciones para emprender acciones que permitan minimizar la economía informal y los círculos viciosos que estas conllevan en pro de mejorar la calidad de vida de la sociedad en Venezuela de manera sostenible, pero el sueldo mínimo impide que el trabajador común pueda tener acceso a un trabajo bien remunerado y con los beneficios que por ley le corresponden.
Ante la aparición de emprendimientos que operan en la formalidad, resaltó que la cantidad de regulaciones para emprender y establecer empresas en la región ha contribuido a que las desventajas superen las ventajas, de allí que la informalidad sea la opción principal.
Finalmente, Ruíz comentó: “La economía informal no toma en cuenta las regulaciones de ley, tales como la declaración y pago de impuesto sobre la renta (ISLR) y del impuesto al valor agregado (IVA), o de la seguridad social y demás beneficios de ley con los que pudiera contar un trabajador, lo cual genera dificultades para el trabajador a la hora de hacer valer sus derechos, pero también para el Estado que no recibe ingresos por la irregularidad de este tipo de economía. Lo cual termina afectando el desarrollo económico de la nación y de sus ciudadanos".
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