Táchira.- El sector de Santa Elena, que conduce desde la ciudad de San Cristóbal hacia el municipio fronterizo Junín, colapsó totalmente tras el hundimiento de la calzada. Esta ruta es utilizada para llegar hasta la frontera de Venezuela con Colombia.
Debido al problema vial, vecinos y transportistas de la línea Santa Rita, que usualmente transitan por allí, decidieron arreglar y rellenar con arena los huecos para evitar que el tránsito sea interrumpido en su totalidad.
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Ante este colapso por las lluvias, con picos, palas y arena donada por la misma comunidad, decidieron intentar acomodar la vía, esto luego de que se registraron casos donde unidades de transporte público casi volcaran al intentar cruzar por allí. Aunque actualmente el tránsito es a riesgo, los transportistas decidieron tomar acción debido a la falta de respuestas de las autoridades encargadas.
Colapso por las lluvias puede incomunicarlos
Juan Carlos Rueda, habitante del kilómetro 3, vía Rubio, fue uno de quienes ayudó y a rellenar con tierra, piedras y arena la vía, debido a que la necesita a diario para poder llegar hasta San Cristóbal, donde trabaja y debe llevar a su mamá -quien es paciente renal- para sus sesiones de hemodiálisis.
Pese al sol y lo que representa trabajar allí, asegura que es la única manera de garantizar no quedar incomunicado y que podrá trasladarse al menos riesgo para realizar sus tareas de rutina.
«El problema de Santa Elena no es actual, tiene muchos años. La anterior Gobernación intentó hacer unos trabajos que no fueron suficientes. Hemos sido los mismos quienes durante años intentamos mejorar esta ruta porque a diario tenemos que utilizarla, por eso están los conductores de autobuses también ayudando, porque nos podríamos quedar incomunicados sin poder trabajar», indicó Rueda.
Desde el martes 12 de septiembre empezaron los trabajos y este 13 los continuaron. Aún las autoridades regionales no han hecho acto de presencia para evaluar la situación o indicar sobre el inicio de los trabajos allí.
Esta es una de las vías principales para llegar hasta el Norte de Santander, Colombia, donde venezolanos compran alimentos, medicamentos, repuestos de carros, entre otras cosas.
Como consecuencia del hundimiento en Santa Elena, el terreno que se desliza afecta las viviendas de la zona, que progresivamente han presentado grietas y daños estructurales, especialmente en las temporadas de lluvias. Al menos 100 familias están en riesgo por el movimiento.
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