Por Adriangela Álvarez
Táchira.- En las principales avenidas y semáforos de la ciudad de San Cristóbal es cada vez más común observar a niños y adolescentes trabajando de manera informal con el propósito de generar algún ingreso para llevar a sus hogares.
“De 30 a 40 mil pesos colombianos pueden ganar diariamente los niños o adolescentes que limpian vidrios de carros, así lo plantean ellos. Trabajan de lunes a sábado y han dejado de estudiar para llevar algo de alimentos a sus casas o incluso son cabezas de hogar", dijo para El Pitazo una consejera de protección y abogada del estado Táchira, quien pidió resguardar su identidad.
Ante esta situación, añadió que el estado venezolano “no hace nada", referente a estos casos y ha perdido el interés de ofrecer a los padres una estabilidad económica que les permita brindar una crianza adecuada para los niños y adolescentes.
La especialista explicó que el trabajo de limpiar vidrios en las avenidas no está calificado para que un menor de edad lo ejerza: “la Ley Orgánica de Protección al Niño, Niña y Adolescente (Lopnna) específica que existen un conjunto de derechos y garantías para adolescentes trabajadores pero a partir de los 14 años".
El trabajo infantil expone a los niños y adolescentes a violencia como maltratos físicos, mentales y emocionales. “El Estado no tiene cómo garantizar una buena educación, su deber es poner garantías a la sociedad para que se forme y el país avance", agregó la abogada, quien también dijo que cuando el Consejo de Protección de Niños Niñas y Adolescentes (Cpnna) realiza un operativo, recogen entre cinco y 10 menores de edad, dictan una medida y retornan a sus hogares, pero la situación país los obliga a salir nuevamente.
Medidas legales que solo quedan en papel
«En reiteradas oportunidades se le ha pedido a los órganos auxiliares como la Fiscalía, Defensoría del Pueblo y el Tribunal de Protección, que debe haber una reforma urgente de la ley, donde en cierta parte los padres tenga un castigo cuando esto suceda, porque en muchos casos estos niños son usados por ellos para lucrarse y la responsabilidad de crianza lo tiene la sociedad, los padres y el Estado, eso es un triángulo de acuerdo a la ley», concluye la profesional con 10 años de experiencia.
La crisis económica y el cierre de las escuelas por la pandemia son algunos de los factores que obligan a muchos niños del país a trabajar. Situación que ha sido reflejada por organizaciones que afirman la falta de cifras oficiales que permitan conocer su alcance real.
Por su parte, María Ortiz, docente regional del estado Táchira, dijo a El Pitazo que los niños abandonan las aulas de clase por la necesidad que tienen en sus hogares.
«Como docente del estado Táchira la deserción escolar demuestra cómo los niños abandonan las escuelas , unos por necesidad y otros porque ven este negocio o trabajo informal como una manera de hacer dinero», dijo.
Aunado a esto, Ortíz consideró que el Estado debe garantizar los derechos a los menores, así como el derecho a la educación y a una vida digna.
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