Valera.- El Instituto de Cultura del estado Trujillo cedió la sede de la Escuela de Música Laudelino Mejías, ubicada en el municipio Valera, a la Escuela de Danzas Gladys Motta, a mediados de julio.
Representantes y profesores de música calificaron la decisión de arbitraria y unilateral, pues pone en riesgo la formación de unos 200 alumnos regulares, quienes pararon sus clases debido a la pandemia del COVID-19, como el resto de la ciudadanía.
En julio cambiaron la directiva y, desde principios de agosto, no los dejan ingresar a la estructura para efectuar los trámites de la inscripción. Actualmente, este proceso tiene un retraso de dos meses y peligra el nuevo período escolar, que inicia en septiembre.
No hay diálogo
El miércoles, 26 de agosto, se reunieron frente a la institución, ubicada en el sector Las Acacias, y convocaron a la directora de la escuela de danzas y a las autoridades de cultura.
Sin embargo, los representantes de la organización gubernamental no se presentaron. Los profesores querían llegar a un acuerdo, por medio del diálogo, para retomar la sede de la escuela, que ha funcionado por 60 años, de los cuales 22 han sido en esa infraestructura.
“No hubo nunca una comunicación oficial con la decisión. Nos mantuvimos esperándolos y no se acercaron. No tenemos acceso a la escuela. Levantamos un acta y seguiremos las acciones, porque por muchos años estuvimos en la calle», contó vía telefónica la profesora de piano Sonia Bastidas, en la mañana de este jueves, 27 de agosto.
Aseguró que respetan a la escuela de danza por ser otro espectro de las artes, pero consideró malintencionado desplazar a una institución de trayectoria y patrimonio de la ciudad.
“Desde la escuela de música le dijimos a Auris Berríos (nueva directora) que junto a la comunidad vamos a ayudar a la escuela de danza a conseguir una sede, porque somos colegas de cultura», comentó Bastidas.
La escuela de música obtuvo la casa vía decreto, luego de que la comunidad organizada hiciera la petición al Gobierno nacional. Ciertamente en la cuarentena fue víctima de robos y desvalijamientos, pero no estaba abandonada.
En ese sentido, no descartan realizar una toma pacífica de la gobernación, ubicada en el municipio Trujillo, para exigir una rectificación.