Venezolanos repatriados denuncian comer alimentos descompuestos en albergues de San Cristóbal

El obispo de Barinas, Rufo Montilla, indicó a través de un audio de WhatsApp que además de la comida descompuesta, más de 600 venezolanos se encuentran hacinados en el albergue ubicado en la sede de la Unes

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Venezolanos que retornaron duermen en colchonetas dentro de la Unes en San Cristóbal. Foto: Javier Tarazona

Táchira.- WhatsApp ha sido el medio para comunicarse de quienes regresaron a Venezuela por la frontera del Táchira y deben pasar obligatoriamente cuarentena en los Puntos de Atención Social Integral (Pasi) dispuestos por la administración de Nicolás Maduro. Audios revelan que la situación dentro de los mismos es difícil para adultos y niños.

En las instalaciones de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (Unes) se albergan aproximadamente 600 personas, según han indicado quienes se encuentran allí. El hacinamiento y la sobrepoblación impide que quienes llegaron al país, pasen el confinamiento en buenas condiciones. El mal estado de la comida es otra de las denuncias hechas a El Pitazo por los repatriados.

El obispo de la diócesis de Barinas, Rufo Montilla, comunicó a través de un audio de whatsApp al obispo de San Cristóbal, Mario Moronta, la situación en que se encuentra él junto con los demás venezolanos. «La comida es dos veces al día. Creo que una hostia de las grandes para consagrar es más grande que las arepas que le dan a la gente. Hoy (24 de mayo), a eso de las 2:00 de la tarde, el almuerzo que repartieron lamentablemente no estaba en óptimas condiciones. La pasta estaba podrida, estaba picha, las arvejas tenían como gusanos. Me preocupa mucho los niños porque ni agua para tomar hay aquí», indicó Montilla.

En el audio que recibió Moronta, narraba que hay aproximadamente 30 personas durmiendo en una misma habitación, que la insalubridad es fuerte pues el agua la ponen una vez al día por una o dos horas para usar los baños y bañarse.

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De igual manera, en otro audio desde la Unes, una persona que reservó su identidad, indicó que además de la comida descompuesta, no hay control dentro de la instalación, que aunque cada quien tiene un salón asignado para dormir, en las áreas comunes se aglomeran las personas sin que alguien ponga orden o de indicaciones sobre la importancia del distanciamiento social.

Los vecinos de las inmediaciones de la Unes reportaron a El Pitazo que han escuchado gritos de los connacionales pidiendo agua, diciendo «tenemos hambre, queremos agua» y entonando las letras del Himno Nacional para llamar la atención de quienes están cerca del sitio. Aunque las personas pidieron el resguardo de su identidad, aseguraron que durante todo el día escuchan las peticiones.

Monseñor Moronta instó a las parroquias de San Cristóbal a emprender acciones de solidaridad para ayudar a quienes en este momento lo necesitan. «Allí hay unas seiscientas personas recluidas, llevan tres días y no los están tratando bien en cuanto a comida. Hoy incluso el almuerzo que llevaron estaba echado a perder, estaba piche, como solemos decir, entonces llamo a los párrocos de la ciudad, que organizan el servicio de comida atender esta obra de caridad, fraternidad y emergencia», pidió el obispo.

A través de Cáritas Diosesana se empezaron a recibir donaciones de los sancristobalenses quienes llevaron pan, arepas, verduras y agua que la iglesia entregó durante la mañana y tarde de este lunes 25 de mayo.

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