Guanare.- «¡Esto no lo acepto, esto no lo tolero!», fue el grito de desesperación de Raquel Delgado al ver que su familiar se debatía entre la vida y la muerte en la sala de emergencia del Hospital Universitario Dr. Miguel Oraá en Guanare.
La mujer fue grabada en un video la noche del lunes 17 de junio, cuando exigía una cirugía y cuestionaba el descuido médico. El audiovisual se difundió rápidamente por distintas redes sociales.
«He luchado durante todo el día, he comprado todo lo que me han pedido y ahora ustedes me salen con que no hay anestesia», gritaba Delgado paseándose por el pasillo de la emergencia de adultos.
El familiar de Delgado, identificado como Israel Materán, de 58 años, había ingresado 48 horas antes al centro asistencial por una obstrucción intestinal, confirmó El Pitazo a través de fuentes médicas.
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Los médicos aseguraron que el hospital Miguel Oraá carecía, al momento de la intervención, de bromuro de rocuronio, un fármaco coadyuvante de la anestesia general que se usa para facilitar la intubación traqueal y conseguir la relajación de la musculatura esquelética en una cirugía.
De acuerdo a la versión médica, lo más grave no es que falte el rocuronio. Lo injustificable es que el hospital Miguel Oraá tiene más de cuatro años funcionando con un solo quirófano y esta falla arriesga a todo el que requiere una operación de urgencia», argumentó un especialista.
Las cirugías por diagnóstico de obstrucción intestinal, explicó el médico, no pueden hacerse por delante de otras cirugías. «Estas generan grandes probabilidades de que se contamine el quirófano, y durante el proceso de desinfección y limpieza, que es largo y riguroso, pueden morir los pacientes que esperan turno por las cirugías subsiguientes».
La sala de cirugía del Miguel Oraá contaba con cinco quirófanos de alta tecnología, pero estos fueron deshabilitados en ocasión de una reparación del área hace más de cinco años, informó otro médico residente. «A la fecha, solo se cuenta con un solo quirófano para todos los servicios. Y eso es insostenible», agregó.
Ante esta situación, dirigentes gremiales de la salud en la región invitaron a las familias de los pacientes a redirigir los reclamos y las protestas a los directivos del hospital Miguel Oraá y no al personal.
Alexander Tovar, líder sindical, advirtió que todos padecen estos problemas, «que son causados por la mala gestión del Gobierno y su Ministerio de Salud. Es a ellos a quienes debemos enfocar la exigencia. La falta de insumos y de dotación general de los hospitales es muy grave en Portuguesa», indicó Tovar a El Pitazo y conminó al gobernador Primitivo Cedeño a ocuparse de la salud en esa entidad.
Una nueva muerte y caos
El martes 18 de junio, al amanecer, se registró una muerte más que pudo ser evitada, confirmó otro familiar de paciente en la sala de emergencia del hospital Miguel Oraá. «Si hubiese habido otro quirófano, mi niño no se muere», informó una mujer que pidió no ser identificada.
Se trata de un joven de 21 años. Se conoció que el paciente estaba hospitalizado en la cama 20 del cuarto piso. Se recuperaba de una cirugía correctiva por lesión gástrica. A las 7 a.m. del lunes 17 se le observó débil, hipotenso y con una fuga de la sutura, que le provocó hemorragia, un shock hipovolémico.
Los familiares del joven denunciaron que este fue bajado a la emergencia de adultos al mediodía del lunes, mientras se pedía turno quirúrgico para reingresarlo a cirugía. «Ante una exigencia de donantes de sangre nos movimos y logramos que lo ingresaran a la Unidad de Cuidados Intensivos mientras salía turno para quirófano», precisaron.
«El turno quirúrgico nunca llegó y mi niño falleció este martes a las 5.00 a.m. «, anunció la mujer.
El gremio de enfermería confirmó a El Pitazo que la solución temprana de este caso se demoró por la falta de quirófanos: «Antes de la cirugía gástrica del joven había dos emergencias quirúrgicas por neurocirugía y varias cesáreas de emergencia».
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