Solo se cultivó el 12% de las tierras aptas para la siembra en Cojedes

Los trabajadores del campo deben enfrentarse a la falta de insumos y de combustibles y a la inseguridad jurídica y personal, lo que los ha obligado a abandonar las tierras

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Agricultores deben ingeniárselas para mantener los cultivos en Cojedes | Foto: Archivo

San Carlos.- El secretario nacional agrario de Acción Democrática (AD), Adonay Ochoa, denunció que solo se cultivó el 12 por ciento de las tierras aptas para la siembra en el estado durante el período de verano de 2019. Advirtió que esto traería graves consecuencias para la alimentación de los cojedeños. A su juicio, puede desencadenar una hambruna. 

Ochoa, quien también es asesor de la Subcomisión Agroalimentaria de la Asamblea Nacional, expresó que en esta entidad hay un déficit de cerca de 88 por ciento de cereales como maíz, sorgo y arroz. Agregó que son múltiples las causas del abandono del campo venezolano.
Agregó que uno de los problemas por las que atraviesan los productores es la falta de maquinarias para la preparación de las tierras.

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Mencionó que no hay cauchos, baterías, aceites ni equipos nuevos. «La mayoría de la maquinaria está obsoleta y es imposible sustituir el parque automotor por los elevados precios de los repuestos y autopartes». 

Dijo que los agricultores no cuentan con semillas certificadas y deben ellos seleccionar las de mejor calidad, lo que disminuye la productividad. Sostuvo que una hectárea debe arrojar cerca de 8.000 kilos y hoy escasamente llega a 2.500, lo que hace que no sea rentable trabajar la tierra.

Señaló que no hay abonos ni fertilizantes porque son de la industria petroquímica, que está en quiebra. «Adonde llegan algunos productos es a Agropatria, pero eso se ha convertido en un entramado de corrupción muy fuerte». 

Expresó que las alcaldías y gobernaciones se han convertido en un freno para la producción, pues los finqueros son obligados a vender productos a bajos precios a estos entes gubernamentales. Aunado a este problema, los productores también son azotados por el hampa. «Tenemos denuncias de que muchos son secuestrados y obligados a pagar rescates», dijo.

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