Caracas.- Dos hermanos mexicanos murieron cuando intentaban cruzar el desierto de Arizona, frontera entre México y Estados Unidos (EE. UU.). Ambos fueron abandonados a su suerte por un coyote (traficante de personas) el pasado mes de junio.
Carlos Enrique Mendoza Santiago, de 23 años, y su hermano Édgar Mendoza Rodríguez, de 37, dejaron su hogar en Oaxaca, México, desde el 27 de mayo. Dos semanas después murieron intentando alcanzar el llamado sueño americano.
Facundo Mendoza Nolasco, padre de las víctimas, fue el primero en enterarse de lo sucedido con sus hijos cuando el propio «Coyote» lo llamó para explicarle que el menor de sus hijos se deshiudrató y no pudo seguir el trayecto.
“Me habló una semana después, el 2 de junio, diciendo que uno de mis hijos (Carlos Enrique) se había deshidratado y que no pudo seguir la caminata. Me dijo que la ley de la vida así es en el desierto: si te quedas, te quedas», relató.
Cuando le preguntó por el paradero de su otro hijo le respondió que tampoco siguió al grupo. «Cuando vio a su hermano prefirió quedarse».
Los cuerpos de Carlos y Édgar fueron hallados por una patrulla migratoria de los EE. UU. «El consulado me dijo que, como buena pareja de hermanos, los encontraron abrazados. También por eso aseguran que son Édgar y Carlos Enrique«, dijo en declaraciones difundidas por el portal de Univisión.
Ahora, dos meses después de aquella llamada, el padre de los hermanos pide a las autoridades nacionales que le ayuden a traer los cuerpos de sus hijos para sepultarlos en México.
Los hermanos se dedicaban a la albañilería en Oaxaca. El mayor, Edgar Mendoza Rodríguez, de 37 años, dejó cuatro huérfanos. El menor, Carlos Enrique Mendoza Santiago, de 23 años, tenía dos hijos y su viuda está embarazada.