La niña Isabella Delgado transformó la rabia y la frustración provocada por el bullying que sufrió cuando llegó como migrante, en combustible para brillar en este deporte de combate. La caraqueña también es campeona de los PAN Kids en la categoría de nueve años, la competencia más prestigiosa de jiu-jitsu para niños en todo el mundo, cuyo título defenderá en junio

Por: Mariannis Visaez | Programa de Formación de Nuevos Periodistas 

Los ojos centrados y la madurez de Isabella Delgado, de apenas 10 años, se traducen en el aplomo que tiene para enfrentar a sus contrincantes de jiu-jitsu,  un arte marcial que permite adquirir habilidades de autodefensa.

La niña venezolana es determinada, por eso -con solo un mes de haber empezado a practicar la disciplina que persigue la armonía entre la mente y el cuerpo-, a los 7 años le dijo a su padre que quería competir, dejando a todos asombrados.

En este deporte de combate se necesitan al menos seis meses de entrenamiento para que un niño pase de solo practicar la disciplina a competir en enfrentamientos oficiales, según relató el padre de Isabella a El Pitazo,

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Pero Isabella, que solo tenía un mes entrenando, participó en su primera competencia y ganó. “Suerte de principiante", recuerda el padre que le dijeron a la niña.

Hoy, la pequeña tiene poco más de dos años de haber empezado en el jiu-jitsu en Estados Unidos y ya es la número 1° en el Estado de la Florida. A escala nacional, en Estados Unidos ocupa el 5to lugar en el ranking infantil de la misma disciplina.

Además, Delgado es campeona mundial de los PAN Kids en la categoría de nueve años, la competencia más prestigiosa de jiu-jitsu para niños en todo el mundo, cuyo título defenderá en el mes de junio. De conseguirlo nuevamente, será campeona por dos años consecutivos.


Lo que me gusta del jiu-jitsu son los amigos que tengo, el respeto que se tiene por los rivales y las competencias

Isabella Delgado

La necesidad de defenderse del bullying 

Isabella Delgado nació en Caracas donde estudió en un colegio para niñas. Cuando llegó con su familia a Estados Unidos, con seis años, hubo dos cosas que la sacaron de su zona de confort: su nuevo colegio mixto y el bullying o acoso escolar que sufrió en la escuela. 

La niña cuenta a El Pitazo que cuando tenía 7 años, niños y niñas mayores que ella, de al menos 12 años de edad, la molestaban en el nuevo colegio, con burlas y golpes.

“La maestra veía a otro lado; no le importó", afirma Delgado. Sus padres hicieron lo posible por tratar de detener el bullying, pero sostienen que no recibieron entonces el apoyo de la institución educativa.

Después de una situación de violencia continua, de llegar a casa llorando a los brazos de sus padres, Isabella entendió que debía defenderse.

Ahí es cuando su padre, que ya conocía el jiu-jitsu, la invitó a una práctica “solo para ver". La disciplina llamó la atención de Isabella, y empezó lo que ella llama “una aventura".


La necesidad de defenderse del acoso escolar en Estados Unidos empujó a Isabella Delgado a iniciarse en el jiu-jitsu


Disfrutar del jiu-jitsu

Isabella Delago compite con niños que tienen 6 años o más practicando la disciplina. En sus más de 2 años como atleta, acumula más de 200 peleas y más de 145 sumisiones, que consisten en no permitirle al oponente levantarse.

Lo que me gusta del jiu-jitsu son los amigos que tengo, el respeto que se tiene por los rivales y las competencias", resalta la caraqueña.

Isabella tiene una rutina similar a la de un adulto que compite a nivel profesional. 

Va a la escuela desde las 8:00 de la mañana hasta las 3:00 de la tarde, y regresa a casa a hacer sus tareas escolares. Luego, realiza un pequeño entrenamiento que varía según el día, hasta las 5:00 de la tarde. A esa hora, junto a su padre, se dirige al gimnasio, el lugar donde entrena hasta las 8:00 o 9:00 de la noche.

Al llegar a casa, practica la meditación, un ejercicio importante para el control mental que debe tener a la hora de competir; finalmente, se va a dormir.  Sin embargo, aún le queda tiempo libre para dejar de ser atleta y ser una niña.

Le gusta salir a jugar fuera de la casa, dibujar, pasar el rato con sus amigos y tocar el piano.

Isabella entiende la importancia de la disciplina en su vida. Debe tener una dieta que le permita mantener el peso adecuado para las competencias y no ser descalificada, aunque reconoce que es la parte que menos le gusta. Lo asume con responsabilidad. 

–¿Qué le dices a los niños que quieren dedicarse a una disciplina como esta? 

–Todo el mundo tiene un talento, lo único que necesitan hacer es descubrirlo, pero necesitan a alguien que los ayude. A algunos padres no les importa tanto el talento,  quieren que sus hijos sean una copia de ellos, pero los niños somos personas independientes.

Desde su experiencia y las responsabilidades que le han tocado asumir, la pequeña de 10 años añade: “Nunca te rindas, todo lo que haces tiene un efecto. (…) A veces hacemos lo que nos conviene en el momento, pero no lo que nos conviene en el futuro".

La niña venezolana considera el jiu-jitsu una forma de vida. Afirma que no se trata solo de “pelear", sino de que aprendes a ser una mejor persona a través de esa disciplina.

A Isabella Delgado le gustaría volver a Venezuela y abrir un gimnasio donde pueda enseñar este arte marcial. Espera que el jiu-jitsu se considere pronto un deporte olímpico y así poder ganar una medalla para su país.

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