La esposa del venezolano Ramiro Antonio Susmora (32), quien es buscado por las autoridades de Estados Unidos por abusar, presuntamente, de cinco menores de edad, aseguró que este hombre admitió los hechos cuando lo enfrentó.
“Voy a su habitación y lo confronto. Él lo que hizo fue ponerse a llorar. Me dijo que no sabía qué había hecho, que era un demonio", contó Bella Velasco a Univisión Atlanta, según un video publicado en la cuenta Utahzolanos en Instagram.
Susmora y Velasco tenían 12 años de relación. “Esto es una pesadilla, es un terror", acotó Velasco visiblemente afectada.
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La mujer narró a Univisión Atlanta que su pareja se comunicó con ella después de irse de su casa. “Le he pedido mucho perdón a Dios, quiero la paz para las niñas, que lo agarren", señaló Velasco.
Huyó a Colombia
Este caso es investigado por el Departamento de la Policía de Hoschton, en Jackson, Georgia.
La información que manejan las autoridades es que Susmora huyó a Colombia. Parientes de las víctimas piden a la Interpol que emita una alerta para solicitar la detención de este hombre, señalado de presunto abuso infantil y agresión sexual.
Las víctimas son cuatro niñas de un 1, 5, 6 y 10 años, y una adolescente de 16. Todas tienen nexo familiar con Susmora.
El presunto hecho se descubrió luego de ser denunciado por la madre de la niña de 6 años. Esta menor de edad es sobrina de Susmora y contó a su progenitora lo que estaba sucediendo. “Este hombre violó, maltrató y ultrajó a mi hija", expresó la adulta al ser entrevistada por Univisión.
Esta revelación prendió las alarmas. Luego se determinó que las otras niñas también fueron presuntamente abusadas por el venezolano, quien es oriundo del estado Táchira.
«Se altera y empieza a gritar»
Según el reporte de Univisión, “las niñas iban a casa de su tío los fines de semana a jugar con sus primas, pero nunca imaginaron que el hombre estaría abusando de ellas".
El sospechoso usaba pastillas para dormir a las víctimas. En su casa encontraron estos fármacos, así como rastros de fluidos y sábanas con sangre y heces.
La madre de una de las víctimas señaló que su hija “se altera, empieza a gritar y se jala el pelo" cuando se le pregunta por lo sucedido. Espera que se haga justicia.