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lunes, 22 julio, 2024

Madre e hija venezolanas mueren tratando de cruzar el Darién

Tres venezolanos han sido reportados muertos en la selva del Darién en los últimos siete días. Un joven de 29 años sufrió un infarto cuando trataba de cruzar la densa selva

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Caracas.- Una mujer y una de sus hijas fallecieron ahogadas el pasado 16 de julio en su intento de cruzar la selva del Darién, fronteriza entre Colombia y Panamá. Su esposo, Junior Gómez, y su hija mayor lograron cruzar y fue al llegar al campamento de la ONU, el 18 de julio, cuando informaron de lo sucedido.

Junior Gómez es oriundo de Umuquena, estado Táchira, pero vivia en Caracas, y decidió migrar a Estados Unidos junto a su esposa Alejandra y sus dos pequeñas hijas debido a la difícil situación económica de Venezuela. Junior es mesero y Alejandra era manicurista.

En medio de la riesgosa travesía por el Darién, el martes 16 de julio, Alejandra y la mayor de sus hijas se ahogaron, pero solo fue hasta el jueves 18 de julio que Junior salió de la selva para avisar lo ocurrido a sus familiares.

El miedo al Darién ata a algunos venezolanos a Colombia

Junior y su hija menor se encuentran en un campamento de la ONU, esperando a que las autoridades recuperen los cuerpos y pueda repatriarlo. Aún se desconocen los detalles de cómo ocurrió el accidente.

Otro venezolano murió en el Darién esta semana

El venezolano Jean Carlos Monzant, de 29 años, murió de un infarto cuando cruzaba la selva del Darién, el pasado 15 de julio.

Minutos antes de sufrir el infarto que acabó con su vida, Monzant, oriundo de Maracaibo, estado Zulia, comenzó a sentirse mal por el cansancio de la exigente ruta migratoria.

Monzant salió de Guayaquil, en Ecuador, donde vivió durante seis años. Antes de adentrarse en la selva del Darién, estuvo 20 días en Barrancabermeja, en Colombia, visitando a su madre. Su destino final era Estados Unidos.

La del Darién es una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo porque carece de una infraestructura adaptada para el paso masivo de personas y es escenario de resbalones por caminos empinados, caídas en abismos, ahogamientos en ríos o ataques de animales salvajes e insectos.

A todo eso se le suma el cierre de trochas y pasos fronterizos ordenado por el nuevo presidente panameño, José Raúl Mulino, que comenzó con alambradas de púas en medio de la selva este mes de julio.

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