Caracas.- Fueron dos noches, hacía frío y el suelo lo estaba aún más. José Ramón se arropó hasta la cabeza, en un intento por soportar las altas temperaturas, pero apenas logró dormir un par de horas. Estaba acostado en el piso, sobre un par de cartones.
José Ramón se encontraba en un terminal de autobuses de la ciudad de Monterrey en México, junto con otros migrantes venezolanos y haitianos que aspiran a llegar a Estados Unidos para conquistar el sueño americano.
«Salí de Venezuela hace cinco años, estuve en Ecuador, Argentina y Colombia, pero la capacidad de ahorro es poca y me entusiasmé con llegar a EE. UU. para reunir más dinero y ayudar a mi familia», contó a El Pitazo el 12 de octubre.
José Ramón es oriundo de Santa Teresa del Tuy, estado Miranda. Tiene 35 años. En su país trabajaba como asistente administrativo, pero un día, al ver que el dinero que ganaba no le iba a permitir cubrir sus gastos, el de su progenitora y su hermana de 13 años, decidió emigrar. Lo hizo en compañía de dos amigos.
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«Es duro cuando llega el último día del mes y te toca pedir prestado para pagar los servicios y la comida. Tenemos un hermoso país, pero ya no brinda las posibilidades de crecimiento que existían anteriormente», dice con nostalgia.
José Ramón cruzó la selva del Darién, entre Colombia y Panamá, y recorrió cinco países para llegar a la nación azteca. Esta última, según dice, es la más ruda para recorrer.
«Hay más control policial y se maltrata a los migrantes. A ello se suma que en cada alcabala te extorsionan los militares, policías y personal de migración para dejarte avanzar y los riesgos que uno corre en el trayecto, ya que en este país hay muchas bandas dedicadas a la trata de personas y al narcotráfico», indicó.
Entre 700 y 1.400 pesos
Desde la central de buses de Monterrey operan varias líneas de transporte que prestan servicios hasta los puntos fronterizos de Piedras Negras, Acuña, Matamoros y Juárez.
José Ramón estaba a la espera de comprar un boleto en alguna de estas agencias. Estos tickets solo son vendidos a extranjeros que tengan visado, residencia temporal o permanente y a aquellos migrantes que presenten la aprobación de la cita de la App CBP One, con la que pueden ingresar a Estados Unidos. A José Ramón le llegó la notificación de que se la habían aprobado el 10 de octubre, al igual que a sus dos amigos.
Los pasajes oscilan entre 700 y 1.400 pesos mexicanos, lo que se traduce en 50 y 100 dólares, respectivamente. «Para un migrante son costos elevados, por ello muchos optan por vender caramelos de manera ambulante o buscar empleos temporales para cubrir este gasto. Cuando se llega a este punto, la mayoría ya no tenemos dinero», señaló.
A José Ramón le corresponde acudir a la cita con el personal de migración el 20 de octubre. Aún le quedan unos cuantos kilómetros por recorrer para llegar a su destino. Confía en que saldrá airoso de la entrevista inicial.
Durante las protestas del año 2017 enarboló la bandera venezolana pidiendo libertad. Esos momentos quedaron plasmados en gráficas que le servirán de respaldo para solicitar su asilo político en Estados Unidos, si le aprueban la entrada al país.