Caracas.- Dos autobuses con al menos 101 migrantes, en su mayoría venezolanos, llegaron a las afueras de la residencia de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, desde Eagle Pass, Texas, el sábado 17 de septiembre. La noticia ocupó titulares en todo el mundo.
En ese sentido, Carlos, de 28 años y origen venezolano, contó a la agencia de noticias EFE que un autobús los «dejó botados» frente a un lugar en el que jamás imaginó estar: la casa de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris.
«Nos dijeron bájense, que aquí es donde se van a quedar. Me bajo y veo unos policías y veo que dice Naval, empiezan a llegar periodistas. Ahí es donde vino mi pregunta, ¿dónde estamos, por qué acá?», cuenta a EFE el joven venezolano.
En el viaje, organizado por el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, dos agentes que los acompañaron les habían prometido techo y comida al llegar. Pero solo había focos y flashes de la prensa avisada para presenciar el show mediático.
Cuando abordó el bus, a Carlos lo convirtieron en una ficha del juego político que los gobernadores republicanos llevan meses practicando, el traslado de inmigrantes desde sus estados a otras partes del país, en protesta por la política migratoria del presidente Joe Biden.
«Eso es un juego político terrible. No pensamos que iban a hacer eso con nosotros y lo encuentro muy bajo. Somos personas que no teníamos dónde llegar y que huimos de una dictadura», apunta el venezolano.
Pese a esto, este joven originario del estado Táchira, que migró primero a Chile para conseguir dinero, cuenta que en el fondo Abbott, sin pretenderlo, les ha hecho un favor a él y a sus tres compañeros de charla, también venezolanos.
Desde abril de este año, unos 8.000 migrantes han llegado a la ciudad en estos buses. El flujo es tal que la alcaldía acaba de anunciar la creación de una agencia dedicada a atenderlos.
Según la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), un mecanismo coliderado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 6 millones 800.000 venezolanos han salido de su país de origen en los últimos años.
A su vez, las cifras de la Defensoría del Pueblo de Colombia indican que un total de 102.067 personas ha atravesado durante los primeros ocho meses del año el Darién, la densa y peligrosa selva que separa a Colombia de Panamá, rumbo a Norteamérica. 68.575 son venezolanos.