Por Crónicas de Chile
Santiago de Chile. Nadie puede echarle cuentos a Álvaro Noguera, tachirense, y Jesús Carrasquel, aragüeño. Ambos llegaron a Santiago de Chile en pleno invierno de 2017. Álvaro, ingeniero industrial, tenía en su poder 200 dólares tras viajar por tierra 9 días. Solo y desempleado. Conoció a Jesús, TSU en administración de aduanas, al compartir con él un apartamento de tres habitaciones con 17 personas.
Un día Álvaro no tenía para comer y Jesús le ofreció pabellón. Después ambos se enfermaron de la piel y Carrasquel lo ayudó con una crema. Se hicieron súper panas porque compartían la misma línea de pensamiento: superarse, y al mudarse mantuvieron contacto telefónico.
Carrasquel empezó como bodeguero y en una frutería. De allí se fue como colero (comerciante informal) en una feria. Vendió queso, sabanas y ropa. También se desempeñó como Uber y logró montar una frutería con una buena amiga chilena.
El primer empleo de Noguera fue como guardia de seguridad en una tienda de un mall chino, después laboró en un minimarket hasta que encontró su primer trabajo administrativo en una imprenta, donde consiguió contrato y gestionó su documentación migratoria.
Su evolución fue sostenida. Pasó a ejecutivo comercial en otra imprenta y un año después como jefe logístico de una empresa de tubos galvanizados. Pero el click llegó al asumir como gerente comercial de una fábrica de pinturas decorativas.
Dos años después Álvaro conversó con Jesús y le habló sobre la posibilidad de apuntalar su propia empresa. Jesús no lo dudó y el 22 de enero de 2022, con ahorros, planificación y mucha coordinación fundaron Pinturas La Cordillera (@pinturaslacordillera), la primera fábrica del rubro en Chile creada por venezolanos.
«Establecimos un proyecto muy bien estudiado con miras a convertirnos en una de las mejores fábricas de pinturas de todo Chile. Contamos con experiencia a nivel de ventas y mercadotecnia. Sumamos a personas que deseaban que fuéramos líderes en el mercado», detallan.
Hoy ofrecen pinturas decorativas (esmalte al agua, látex, sintéticos, texturas, barniz, óleos, para piscinas) para casas y edificios. Todo en tinetas y galones, con despachos a domicilio o retiros en fábrica. Son productos de calidad y más accesibles.
Su crecimiento es «a pasos de gigantes», afirman. Cuentan con flota de transporte propia y un equipo de 15 vendedores con experiencia en el rubro. «Nuestra marca ha llegado a lugares como Valparaíso, Viña del Mar, San Antonio, Concepción y toda la Región Metropolitana», detallan. Su proyección es realmente ilusionante.
Por @CronicasDeChile