La angustia de la desaparición de 22 venezolanos oriundos del Táchira terminó en temor luego de que las familias supieron que están secuestrados por bandas delictivas en México. Para liberarlos, por cada uno, los antisociales piden 3.500 dólares.
Samira Gutiérrez, familia de tres de los secuestrados, contó que la noticia sobre sus seres queridos se ha convertido en un dolor constante, porque son personas de muy bajos recursos y no tienen esa cantidad de dinero para garantizar la vida y libertad de su hermana Karilin Gutiérrez; su sobrino Jean Gregorio Jacome Gutiérrez, de cinco años, y su cuñado, Jean Carlos Jacome.
Desde hace, aproximadamente, 15 días empezó la preocupación de todos cuando perdieron comunicación con los 22 venezolanos, pero luego de saber que estaban secuestrados, han intentado pedir ayuda a las autoridades, pero no han obtenido respuesta ni alguna solución. Las denuncias ante los entes encargados tampoco han conllevado interés oficial.
Táchira | Familiares reportan desaparición de 22 venezolanos en México
“Evidentemente, fue para buscar calidad de vida que mi hermana, mi cuñado, mi sobrino y todos los muchachos se fueron de Venezuela. Lo hicieron huyendo de la crisis humanitaria compleja que se vive aquí, así es que nosotros no tenemos los recursos para pagar esta atrocidad de dinero", relató Gutiérrez, profesora que gana menos de cinco dólares al mes por su trabajo.
Y aunque labora en la informalidad, sus ingresos solo alcanzan para mantener a sus tres hijos y madre. Debido a que deben recolectar 10.500 dólares por sus 3 seres queridos, Gutiérrez, su mamá y los familiares de los demás venezolanos secuestrados comenzaron a recolectar dinero en las calles, por campañas de redes sociales e incluso en el estadio Polideportivo de Pueblo Nuevo en el clásico del fútbol nacional Táchira-Caracas, el domingo 12 de noviembre.
“Solamente Dios sabe el dolor, la angustia y el sufrimiento que nosotros como familia estamos pasando día a día. Y la impotencia de no poder hacer nada porque no tenemos los recursos, entonces cualquier granito de arena cuenta", pidió Gutiérrez.
Sobre el grupo delictivo que tiene secuestrada a su familia, poco sabe. Asegura que no tiene conocimiento del nombre de la banda, cártel o personas que la tienen; sin embargo, teme que al saber y dar detalles la vida de los tachirenses corra peligro.
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