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Santa Bárbara de Zulia.- Las carnicerías del municipio Colón en el estado Zulia comienzan a quedarse sin mercancía. Los nuevos precios con los que se cotizan los productos hacen que bajen los inventarios en los locales.
La capacidad de compra de las carnicerías y luego los precios en los que tendrían que vender sus productos les afecta la oferta. Así lo explicaron los comerciantes el pasado 28 de abril.
Daniel Bracho, quien es dueño desde hace 17 años de una comercializadora en Santa Bárbara de Zulia, explicó a El Pitazo que cada kilogramo de novillo en canal subió de 240.000 bolívares, hasta 400.000 bolívares en dos semanas.
Este incremento, de acuerdo con lo que explica Bracho, es una consecuencia de la falta de gasolina que en los municipios del Sur del Lago ha tenido un impacto especulativo. Al punto que un corte de carne de primera puede costar entre 600.000 y 700.000 bolívares.
Asimismo, comentó que a inicios de este 2020 recibía cada semana seis reses para el desposte y ahora, en plena cuarentena social por el COVID-19, sólo recibe dos.
Afirma también que, entre aumento y aumento, esa mercancía tarda días en salir a la venta. Estimó que el 80 por ciento de sus ingresos se han visto afectados por esta situación.
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“Nosotros estamos trabajando a pérdida porque el dinero se devalúa de un día para otro y los consumidores no tienen liquidez para adquirir los cortes de carne de res», manifiesta Bracho,
La preocupación de este carnicero también la tiene José Luis Pernía, del frigorífico La Fortuna. «Si este ritmo de aumentos continúa, en un mes nos quedaremos sin carne y nos veremos obligados a cerrar. Estamos conformando una asociación de carniceros para llegar a un acuerdo con el sector productivo. Cuando el banco nos libera el dinero del punto de venta, ese ingreso está devaluado. De tres canales que recibía la semana pasada, ahora sólo puedo adquirir una. Los compradores también perdieron su capacidad adquisitiva», indicó Pernía el pasado domingo 26 de abril.
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Compran menos
«Al mes no se puede comprar ni un kilo de carne. La costilla está en 320.000 bolívares, el bisteck y solomo están incomprables», dijo Soeli Peña, madre de dos hijos.
Peña es ingeniera de la producción agropecuaria. Remarca que los ingresos que recibe en un mes por su trabajo en un ministerio, le alcanzan para comprar sólo medio kilo de un corte y huesos para hacer sopas.
Alfredo Abdala, que es mecánico automotriz y padre de tres niños, apuntó que la situación es crítica. «Compro en la quincena dos kilos de carne y los estiramos. Variamos el menú con huevos o queso rallado. La situación nos obliga a llevarnos bolsitas de medio kilo y sobrellevar esta crisis que nos agobia», dijo al salir de una carnicería.
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