En la urbanización Las Acacias de Cabudare tienen dos años sin agua

En Las Acacias, como en otros sectores del municipio Palavecino, denuncian que las tomas clandestinas y la manipulación discrecional de las llaves los han dejado sin suministro de agua. Los vecinos señalaron al personal contratado por la Hidrológica del estado Lara (Hidrolara) de hacer cobros ilegales para manipular las llaves

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En Las Acacias no llega agua por tuberías desde hace dos años, pero en comunidades ubicadas a menos de 300 metros sí hay suministro regular | Foto: Liz Gascón

Cabudare.- En la urbanización Las Acacias de Cabudare, estado Lara, más de 450 familias tienen dos años sin agua y tres meses sin gas. La comunidad, con el apoyo de la organización Palavecino Renace, realizó una protesta este martes 5 de noviembre para reclamar servicios básicos.

En Las Acacias, como en otros sectores del municipio Palavecino, denuncian que las tomas clandestinas y la manipulación discrecional de las llaves los han dejado sin suministro de agua. Los vecinos señalaron al personal contratado por la Hidrológica del estado Lara (Hidrolara) de hacer cobros ilegales para manipular las llaves. A solo dos cuadras de Las Acacias hay agua corriente.

El agua de lluvia también es recogida con canales improvisados | Foto: Liz Gascón

Tengo dos años sin que ni siquiera me salga aire por las tuberías, pero el centro comercial de la zona, sancionado en la gestión de Henri Falcón por tener tomas de agua ilegales, que sí tiene agua corriente", comentó María Magdalena Blas, quien reside en la calle 7 de la urbanización.

Los vecinos están inconformes con las respuestas de Hidrolara luego de introducir reportes y hablar con el vicepresidente de la empresa, Héctor Bravo. A la par, manifestaron que Hidrolara y las estatales que envían cisternas a sectores sin agua tampoco los han incluido en el cronograma para reducir los gastos que tienen. Los habitantes pagan Bs. 70.000 por 1.000 litros de agua.

“Aquí vemos llegar cisternas de la Guardia Nacional y la Empresa Pedro Camejo, pero exclusivamente a la casa de funcionarios públicos. Ni con una pipa nos colaboran", agregó

La procesión del agua

En los patios de las viviendas abrieron espacio para tanques de agua que son llenados a cuentagotas cargando tobos desde otro sector | Foto: Liz Gascón


La dinámica de los vecinos de Las Acacias se transformó en los últimos dos años. Han improvisado canales para recoger agua de lluvia y se han provisto de tanques y tobos para almacenarla.

Cada jueves desde las 5:00 de la mañana caminan entre doscientos y quinientos metros a una comunidad cercana, Las Nuevas Acacias para recargar tobos y botellas. Lo llaman “la procesión del agua".

Decenas de personas van y vienen con carretillas, coches o recipientes en mano, hacen colas en los jardines de laa casas y toman mangueras prestadas para abastecerse.
“Hay niños, jóvenes y gente de la tercera edad recogiendo agua por diez horas. Eso no es vida", expresó Franmary Díaz. Su papá padece tiene un tic doloroso que se acentúa al levantar tobos a diario.

Nos urge una solución. A veces no mandamos a los niños a clases porque no tenemos cómo lavar los uniformes", agregó Fabiola Sánchez, quien ha pasado hasta doce horas consecutivas llenando pipotes en Las Nuevas Acacias.

Cocinan con leña


La mayoría de los habitantes del sector tienen hornillas eléctricas y fogones improvisados. Cumplieron tres meses sin gas, el camión de una compañía se llevó decenas de bombonas sin hacer la devolución y Gas Lara no ha indicado cuándo despacharán los cilindros aunque los usuarios pagaron por el servicio a la empresa pública en septiembre.

Una cocina dañada convertida en fogón en la urbanización Las Acacias | Foto: Liz Gascón

“Nos cortan la luz todas las tardes y tenemos que calentar la cena por adelantado en las hornillas eléctricas. Comemos temprano o frío por el racionamiento y la falta de gas", dijo Díaz.

Hay personas que alternan entre cocinas eléctricas y fogones de leña y tienen afecciones respiratorias por la exposición al humo. Los niños también han presentado cuadros de asma por la contaminación que generan los fogones.

Cinco viviendas inconclusas


En Las Acacias también hay cinco casas de la Misión Vivienda en construcción desde el año 2010. Los beneficiarios tumbaron sus ranchos y siguen a la intemperie: las obras se limitaron a levantar las paredes y el techo. Faltan protectores metálicos, ventanas y conexiones para los servicios.

El agua de lluvia también es recogida con canales improvisados | Foto: Liz Gascón

Lucia Mendoza, de 73 años, tiene una pila de arena y 23 sacos de cemento vencidos en la entrada de su vivienda. Desde 2016 están paralizados los trabajos de construcción y su hogar se reduce a cuatro paredes y una cerca de láminas de zinc.

Tuve que pelear por años para tener una vivienda digna y me obligaron a participar en marchas. Los ingenieros y obreros dejaron de hacer las inspecciones y de asignar los materiales hace tres años", contó.
Como el resto de sus vecinos, Mendoza camina tres cuadras hasta un sector aledaño para recoger agua y llevarla hasta su casa.

Denunció que pagó hace tres meses a la empresa Gas Lara, administrada por la gobernación, para la recarga del cilindro y sigue sin llegar. Lo mismo ha pasado con los combos de mortadela, huevos y pollo que le pagó al Comité Local de Abastecimiento y Producción en agosto y siguen sin entregarlos, rendir cuentas o hacer el reembolso.

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