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Acarigua.- Las investigación acerca de los asesinatos de Eliannys Andreína Martínez (17 años) y Eduarlys Falcón (20 años), las dos jóvenes víctimas de agresión sexual en el municipio Turén del estado Portuguesa, arrojaron en las primeras pesquisas que en este hecho actuó un hombre diestro. La presunción se basa en las características de las heridas que causó en ambos cadáveres, de acuerdo con la revisión médico- forense.
Cuando han transcurrido seis días de haberse registrado el primer crimen, el de Eliannys Andreína Martínez, las autoridades policiales que trabajan en la investigación no han determinado si sería un solo hombre o varios los que participaron en los asesinatos ocurridos en distintos lugares entre las 12 m del domingo 21 y las 9 am del lunes 22 de febrero.
De acuerdo con el análisis del criminólogo José Cortés, consultado por El Pitazo, en las similitudes de las heridas, la agresión sexual, la causa de muerte y como fueron dejados los cuerpos de ambas jóvenes, está presente un patrón, haciendo parecer que se trata de un mismo autor y que este actuó solo.
Para Cortés, el agresor tendría entre 25 y 45 años de edad, con la fuerza suficiente para someter a las víctimas y que estas no lograran defenderse, tal como lo arrojó la necropsia de rigor a la que fueron sometidos los cuerpos el día martes 23, cuando ya se encontraban en avanzado estado de descomposición.
La revisión médico-forense determinó que las dos jóvenes fueron estranguladas con una planta resistente, conocida popularmente como bejuco, y también que recibieron múltiples golpes en el rostro al momento de ser sometidas.
“Se trata de una persona fuerte y que quizás ellas no vieron como un peligro en el primero momento", indica el experto, que también agregó que el no haber usado otro elemento para causar la muerte de la jóvenes, como arma de fuego o blanca, hace parecer además que se trata de una persona de la vida rural, de conducta tosca.
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Cortés precisa que psicológicamente se pudiera determinar, por la manera en que fueron ejecutados dos homicidios y teniendo en cuenta que en la región no se había registrado un hecho similar en años, esta persona puede que tenga poco tiempo en la zona o sufrió un evento que lo hizo perder el control sobre sí mismo.
“Este tipo de conductas tan aberrantes puede derivar de un hecho que le ocurrió a esa persona y que en él haga desparecer los mecanismos de control sobre sí mismo. Hay un detonante, que pudiera ser tan común como una ruptura amorosa que no puede superar, por lo que busca reprimir ese sentimiento mediante una acción como el abuso sexual", explica el criminólogo.
Según Cortés, los depredadores sexuales no demuestran sus deseo con ligereza. “Casi siempre son personas que de manera externa aparentan ser normales, pero muchas veces son padres, incluso profesionales, que abusan de sus propios hijos", afirma.
Agrega el experto que en este caso registrado en la población La Misión, zona rural de Portuguesa, se presentan muchas similitudes entre sí, incluso entre los rasgos físicos de las víctimas, y eso también lo convierte en un patrón del agresor. “Ambas eran bonitas, de piel canela, quizás estaturas similares, cabello largo negro".
Desde que se conocieron de los dos femicidios, y se abrió la investigación, las autoridades policiales no solo instalaron puntos de control y un cerco policía en la zona, en la misma población de La Misión se estableció un centro de operaciones donde permanecen funcionarios del Cicpc de la región, con las comisiones de investigación penal de este organismo y los fiscales nacionales que fueron comisionados por parte del Ministerio Público.
