Falcón | Cicpc captura asesinos de la estudiante de medicina

Coro.- El homicidio de la estudiante de Medicina de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (Unefm), Nohelí de los Ángeles Sangronis Palencia, fue resuelto por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), subdelegación Coro, que determinó este lunes 22 de junio que el crimen fue para robarle el celular, perpetrado por dos hombres, uno de ellos conocido de la víctima.

De acuerdo con los funcionarios, la ausencia del celular fue clave para la investigación del caso, por lo que una vez rastreado a través del GPS los condujo hasta los autores materiales, uno de los cuales tenía parentezco con la estudiante. Concluyeron que un posible móvil del asesinato fue para silenciar a la muchacha y que no los denunciara.

Uno de los presuntos homicidas fue identificado como Reiner Antonio Sangronis, de 22 años de edad, quien presentó antecedentes por porte ilícito de armas. Al momento de su detención le fue incautado un par de zapatos con restos de sangre y cuya suela es consistente con las huellas descubiertas en el sitio hasta donde arrastraron el cuerpo sin vida de la joven. Del segundo incriminado no se conocieron datos, solo que es compañero y cómplice del victimario.

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El asesinato de Sangronis Palencia, de 23 años de edad, ocurrió el lunes 15 de junio y su cuerpo fue encontrado al día siguiente en un terreno detrás de unos galpones que en el pasado servían como depósito de periódicos y revistas de la Cadena Capriles, en el sector Playa Dorada del municipio Colina, a unos 15 minutos de la ciudad de Coro.

Reconstruyendo los hechos, Noheli Sangronis, quien vivía en Las Malvinas, salió el 15 de junio con la intención de hacer unas diligencias en Coro y, posteriormente, iría hasta La Vela para comprar pescado. Llevaba consigo un celular marca Huawei modelo Y5, que no tenía cuando fue encontrada por las personas que descubrieron su cuerpo.

A Noheli la asesinaron con un arma blanca con la que le hicieron 15 puñaladas. Los homicidas arrastraron su cadáver hasta un matorral sin percatarse de que dejaban pisadas y rastros que sirvieron luego de evidencia. El teléfono celular estaba siendo ofrecido en venta en 20 dólares, pero la tardanza en venderlo originó que pudieran ser allanadas las viviendas de los dos señalados como los homicidas.