Lara | Falta de gasolina imposibilita traslado de pacientes a unidades de diálisis

Desde que la Gobernación de Lara redujo el despacho de combustible y puso a militares en el control de las estaciones, pacientes denuncian irregularidades en el suministro

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En Barquisimeto menos de 10 de 98 estaciones de servicio están abiertas. Pacientes renales denuncian que no toman en cuenta su salvoconducto a la hora de despachar combustible | Foto: Liz Gascón

Barquisimeto.- La ONG SOS Pacientes Renales reportó que en el estado Lara hay pacientes en diálisis y enfermeras que caminan hasta veinticinco kilómetros para llegar hasta las unidades de diálisis debido a la falta de combustible para movilizarse en sus carros particulares o autobuses.

La Gobernación de Lara limitó el despacho de combustible solo para vehículos de uso oficial, transporte de alimentos, insumos médicos, pacientes crónicos, personal de salud y telecomunicaciones el 18 de marzo, tras el decreto de cuarentena nacional para evitar la propagación del COVID-19.

Desde entonces, los pacientes renales denuncian irregularidades en las colas de gasolina en las pocas estaciones de servicio abiertas que son custodiadas por militares.

“Los pacientes están haciendo colas, colas y colas y no están siendo priorizados porque hay una pelea entre funcionarios de seguridad que hasta en sus carros particulares llenan sus tanques. Quedamos excluidos aunque presentamos los informes médicos. El despacho de combustible para los pacientes es a discreción de los militares", declaró a El Pitazo el coordinador de la ONG SOS Pacientes Renales, Douglas Morales.

La escasez de combustible imposibilita el traslado de pacientes a las siete unidades de diálisis ubicadas en Barquisimeto. Según la organización no gubernamental, ya hay personas que perdieron un día de terapia porque sus acompañantes se quedaron sin gasolina y hay pocas unidades de transporte público en la calle.

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Perder un día de terapia produce efectos adversos en los pacientes: desde retención de líquidos hasta alteración de valores en sangre o derrame pleural, contó Yaniry Evies, quien se trata en la Unidad de Diálisis Razetti. Al menos cuatro de sus compañeros, que residen en Yaracuy y el norte de Barquisimeto, faltaron a la sesión porque agotaron todas sus opciones de traslado.

El papá de Evies solo tiene gasolina para llevarla a una sesión. “Esta semana duramos ocho horas en cola y no pudimos echar gasolina. Los militares pasan los carros a los surtidores en grupos de diez: ocho son de funcionarios (públicos o de seguridad) y solo dos de pacientes. Es desproporcional", advirtió.

Yaniry Evies pidió una cola para llegar a su última diálisis. En Lara hay una población de 850 a 900 pacientes renales con limitaciones para ir a sus terapias por falta de gasolina y transporte | Foto: cortesía Yaniry Evies

Transporte con fallas

La gobernadora Carmen Meléndez reiteró este miércoles, 25 de marzo, que habilitaron siete autobuses para el traslado de pacientes crónicos y personal de salud. Sin embargo, pacientes renales consultados por El Pitazo señalaron que las rutas y horarios no se ajustan a los turnos de los centros de diálisis. “Yo me conecto a la máquina a las cinco de la tarde, pero el transporte pasa al mediodía cerca de mi comunidad. ¿Cómo me voy cinco horas antes?", se preguntó Evies.

El transporte, agregó Morales, no hace todas las paradas. Un afectado les informó que no llegó a la unidad de diálisis porque el autobús no se detuvo. “Las rutas pasan por las vías principales, pero no dentro de comunidades y hay pacientes con sillas de ruedas que no pueden desplazarse con tanta facilidad. Por eso es urgente que respeten nuestro salvoconducto y nos surtan", sostuvo.

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Tres días de colas

La mamá de José Daniel Andueza está en diálisis desde hace 10 años. Entre el lunes 24 y martes 25 de marzo pasó 12 horas en colas de gasolina en las estaciones José Gil Fortoul, Sindical y Terminal y no pudo llenar su tanque. Los militares dejaban por fuera entre 50 y 70 pacientes que quedaban al final de la jornada, pero mantenían el despacho a patrullas y vehículos de funcionarios de seguridad.

“El lunes me tocó buscar a dos enfermeras de la unidad de diálisis porque no tenían cómo trasladarse", relató Andueza.

“Una ambulancia que traslada a un paciente en silla de ruedas de Cabudare pagó veinte dólares por un bidón de gasolina", comentó Evies.

En varios centros especializados los pacientes y acompañantes monitorean el traslado del personal para evitar retrasos en los turnos de diálisis. El portavoz de SOS Pacientes Renales indicó que las instituciones que cuentan con transporte también enfrentan limitaciones porque los choferes pasan hasta tres días en las colas.

La organización inició una campaña de denuncia para exigir a las autoridades que les otorguen prioridad en las estaciones de servicio y reducir los lapsos de espera.

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