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Desde hace una semana Yasmeli Montiel, de 37 años y mamá de una niña de 17 meses de nacida la llevó a dos centros de salud porque tenía diarrea, vómito e inflamación del abdomen. Le hicieron la prueba rápida para determinar COVID-19 y salió negativa, contaron los familiares a El Pitazo.
En esas dos oportunidades la estabilizaron y su madre, la llevó a su casa. Pero, la tarde del miércoles, 24 de junio, convulsionó y murió. En medio de la desesperación, Yasmeli la llevó a la emergencia del Hospital Chiquinquirá, quería que los médicos la ayudaran a revivir a su hija.
Tres horas después de estar en el centro de salud, a Montiel le dijeron que su hija tenía COVID-19 y que tenían que cremarla. La cultura Wayuu no permite esta acción y por eso reclaman la entrega del cuerpo.
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«La niña no tenía esa enfermedad porque ya le habían hecho la prueba y había salido negativa. Nosotros tenemos los informes médicos de lo que tenía y no era COVID-19. Pedimos el resultado de la prueba donde diga que es COVID-19 y el acta de defunción y tampoco la quieren entregar», así reclamó la representante legal de los derechos de los Wayuus, y miembro de una ONG de defensa de los indígenas, Yesela Machado.
«En el Hospital tienen que entregarnos el cuerpo de la niña, Alcaldía de Maracaibo tiene que darnos la cara. Nosotros no queremos que la cremen. Va en contra de nuestra cultura y ella no tenía el virus», agrego.
En el Hospital dijeron que iban a hacerle las pruebas a todas las familiares de la niña que están afuera del Hospital y cuando iban a entrar, les dijeron que las pruebas se habían acabado, precisó Machado a El Pitazo.
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