Maracaibo.- Los vecinos de la antigua Cárcel Nacional de Sabaneta, en Maracaibo, rechazaron este miércoles, 1 de noviembre, el traslado de penados al Centro de Formación Winnie Mandela, que era el anexo femenino del centro penitenciario. Temen que los privados de libertad se armen y regrese la zozobra, las balas y las extorsiones a sus comunidades.
“No estamos de acuerdo con que traigan presos para acá, porque después se arman y vuelve a ser el terror de antes. Aquí, en mi casa, me caían proyectiles", dijo el comerciante Alexo Andrade, quien reside en el barrio San Pedro, a unos 20 metros de la cárcel.
Un grupo procedente del penal José Antonio Anzoátegui, conocido como Puente Ayala, fue trasladado la noche del martes, 31 de octubre, al centro penitenciario en Maracaibo. Fuentes confirmaron que 74 presos ingresaron al Centro de Formación Winnie Mandela.
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“La tranquilidad que tenemos más adelante puede ser que se pierda. Ahí tienen Tocorón, Tocuyito, Puente Ayala. Y si estos después se van armando, vuelve el terror", insistió Andrade.
Fuentes de internos indicaron que a los detenidos de Puente Ayala los ubicaron en la parte de arriba del centro, aislados del grupo de presos que había en el penal.
“Llegaron tranquilos, los subieron y los tienen solo a ellos arriba. No hicieron bulla. Aquí, hasta ahora, hay pocos detenidos", dijo el informante.
El Pitazo constató que la mañana de este miércoles 1, 15 horas después del ingreso de los presos, liberaron a 4 hombres que estuvieron detenidos en el centro y salieron con el beneficio del plan de aceleración judicial que lleva el Ministerio de Asuntos Penitenciarios con las autoridades de los organismos de justicia.
El Centro de Formación Winnie Mandela fue abierto en 2018 para los privados extranjeros y tiene una capacidad de 400 penados. Un trabajador del penal aseguró que la cifra de detenidos no llega a los 400. “Aquí está todo tranquilo. Hay pocos detenidos. Aquí no va a pasar nada", dijo con prisa el funcionario.
Angustiados por la zozobra
José Salcedo, otro vecino, recordó que antes del cierre de Sabaneta, ocurrido en 2013, había mucha inseguridad en el sector y eran víctimas de extorsión, robos y balas perdidas.
“Aquí hubo un convenio entre el Gobierno nacional y el gobierno regional de que a ese recinto nunca más iban a venir presos; ahora trajeron tres buses con presos: uno de expresos Mérida, uno de Expresos Occidente y otro de la revolución", dijo Salcedo, quien tiene 48 años residenciado en la zona.
“Queremos que saquen esa cárcel de aquí, que la pongan en otro lugar. La gente no quiere que regrese la zozobra. Les pido que los trasladen a otra parte, donde no esté rodeado de tantas comunidades", pidió Alejandra García, una comerciante de la zona que cerró su negocio por las amenazas de los presos cuando la cárcel estaba activa.
Cierre de la cárcel de Sabaneta
El Gobierno nacional cerró en 2013 la Cárcel Nacional de Sabaneta luego de la muerte de 16 presos en medio de una pugna interna liderada por el pran «Mocho Edwin» para controlar el penal.
Los 3.000 detenidos fueron llevados al Centro Penitenciario de la Región Occidental (Uribana, en Barquisimeto) y al Internado Judicial de Barinas, ambos con hacinamiento crítico en la actualidad, según un informe del Observatorio Venezolano de Prisiones.
Tras la masacre, la exministra de Servicios Penitenciarios, Iris Varela, aseguró que en estas instalaciones funcionaría una escuela para custodios y luego que se construiría un museo. Nada de eso ocurrió, indicó la ONG.
Desde la cárcel de Sabaneta operaban grupos delincuenciales dedicados al robo, extorsión, secuestro y sicariato, según el Gobierno nacional.
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