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La lucha de los pacientes renales por tener mejores condiciones para recibir su tratamiento los está desgastando o como ellos mismo dicen: los está matando.
Este 1 de septiembre un grupo trancó una avenida principal en el municipio San Francisco en protesta porque las enfermeras que los atienden decidieron no trabajar por los bajos sueldos. Pedían la presencia de autoridades gubernamentales, pero solo llegó la policía y los obligó a quitarse.
Uno de los afectados es Adalberto Urdaneta, diabético, hipertenso, invidente, y recibe hemodiálisis. Con la voz quebrada dice: “La vida de los pacientes renales no le importa al Gobierno y no le importa a nadie porque nadie nos da respuesta".
Lo mismo pasa con los pacientes que caminan kilómetros desde sus casas a las unidades de diálisis y que después del tratamiento deben volver a pie. Con los que reciben apenas dos horas de tratamiento cuando lo indicado son tres horas y media o cuatro conectados a la máquina y pasa en todas las Unidades de diálisis de Zulia que no tienen oxígeno que no tienen medicamentos y que no tienen ni siquiera un tensiómetro.
Esto es lo que denuncian. Por esto piden ayuda. La gasolina está en la lista para que los pacientes no caminen y puedan llegar a recibir su tratamiento.
En la unidad donde Urdaneta recibe el tratamiento son 54 pacientes divididos en dos turnos: lunes, miércoles y viernes y martes jueves y sábado.
El paro de las enfermeras los perjudica y les dijeron que iban a trabajar solo el pre aviso. “Esos nos preocupa, los perjudicados somos nosotros porque no tenemos respuesta de ningún lado".
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Cuenta que hace un mes, un grupo de pacientes fue a la casa del gobernador del Zulia, Omar Prieto y entregaron una carta exponiendo todos los problemas. “No hemos recibido respuesta. En ningún momento vino alguien de la gobernación a constatar todas las cosas que estamos pasando".
Adalberto lamenta lo que están pasando. “Nadie nos dice nada y los que están muriendo son los pacientes de diálisis".
Le preocupa que con la renuncia de las enfermeras de la Unidad de Diálisis de Sierra Maestra pase lo mismo que en la antigua unidad a la que asistía.
“Yo estaba en la Unidad de Diálisis de la Policlínica San Francisco. En enero se dañaron las máquinas y quedamos 30 pacientes a la deriva y de esos 30 pacientes solo quedamos vivos 11 pacientes, los demás murieron. Y ¿quién nos resolvió? Nadie nos resolvió".
Cuenta que en esa oportunidad fueron a pedir apoyo en la Alcaldía de San Francisco y también al gobernador Omar Prieto. “Nos dijo que iba a entregar completa esa unidad y no hicieron nada, la unidad está cerrada y nosotros quedamos a la deriva, dando tumbos. Por esa razón murieron 19 pacientes".
Adalberto Urdaneta alza la voz por sus compañeros y por su misma condición de paciente renal. Pide ayuda y reclama que no los atienden. “Los que sufrimos las consecuencias somos nosotros".
