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Maracaibo.- En el Hospital Coromoto de Maracaibo, que sirve a los trabajadores de PDVSA, son escasos los insumos, los medicamentos, los reactivos de laboratorio, el agua y la comida. Así lo denunciaron los representantes de los sindicatos de trabajadores, médicos y enfermeras.
“En las unidades de COVID-19 y la unidad de postquirúrgicos, los médicos no contamos con los insumos para la atención de los pacientes. En estas áreas, lo más triste es que varios médicos han renunciado a sus cargos por temor a que los pacientes fallezcan porque no tienen las herramientas necesarias para la prestación de sus servicios y cumplir con su función de salvar vidas", aseguró el médico Roberto Ávila, presidente del sindicato de médicos del Hospital Coromoto.
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El médico dijo que el año pasado alertaron a la directiva del hospital sobre las carencias que hay en el centro de salud y que la falta de equipos, saneamiento y enfriamiento de las áreas críticas, como la Unidad de Quemados, perjudicaba a los pacientes. “Los pacientes se infecta en las instalaciones".
Ávila junto con un grupos de enfermeras, trabajadores administrativos y empleados de PDVSA protestaron este miércoles 10 de febrero frente al centro de salud para exigir el reacondicionamiento y la dotación del hospital, así como mejoras salariales y la destitución de la directora Mayreth Acosta.
“Tenemos que mendigar los implementos de seguridad porque nos quieren dar una mascarilla a la gente que está trabajando en el área COVID-19, a veces no hay batas, no hay guantes. Entonces, nos dicen que tenemos que ir a atender a los pacientes. Nosotros no nos negamos, pero dennos los implementos", aseguró Mirla Castellanos, secretaria general del Sindicato de Enfermería del Hospital Coromoto.
Denunció que cuando el personal se enferma “atendiendo el paciente de COVID-19" no les entregan los medicamentos que requieren. “Tenemos que salir a comprar todo", rechazó Castellano, quien resaltó que con el salario base de tres millones 300.000 bolívares no les alcanza para cubrir un tratamiento.
Sergio Castellano, secretario general del Sindicato de Trabajadores del hospital, precisó que son 1.300 trabajadores los afectados por las “pésimas" condiciones de trabajo. Agregó que además de los bajos salarios y la no dotación de medicamentos al personal enfermo, tampoco les facilitan el transporte y la comida que le dan al personal que trabajar en guardias de 24 horas se resume a lentejas, pan solo, arroz y fororo.
Las instalaciones del hospital permanecieron acordonadas por al menos 300 funcionarios de la Guardia Nacional, cuyo comandante pidió a los manifestantes que desalojaran la zona alegando que no era un lugar para protestar.
Los trabajadores insistieron a los uniformados que era su derecho de manifestar que la administración del centro de salud “está acabando" con el hospital.
