Por: Nehomaris Sucre
Al mejor estilo de Narnia, el mundo de fantasía creado por C.S. Lewis en el que hay animales que hablan, la magia es común y existen bestias míticas, Venezuela se ha convertido en el lugar de lo insólito respecto a los demás países de Occidente. Así lo confirma, entre otras cosas, la cantidad de generales y almirantes activos en la Fuerza Armada.
En 2019 el almirante Craig Faller, quien para la época se desempeñaba como jefe del Comando Sur de Estados Unidos, indicó que Venezuela tenía entonces 2.000 generales, un número mayor al de toda la OTAN combinada. Se trata de un asunto inédito en Latinoamérica.
En el viejo continente, España, por ejemplo, con fuerzas armadas que nos superan en cantidad de personal, armamento y equipo, tuvo vigente hasta 2021 un Real Decreto que fijó el límite de 200 generales en su plantilla, alrededor de 10 veces menos generales que los existentes en nuestro país. La decisión del Estado español se basó en los cargos disponibles dentro de la institución castrense para oficiales con estos grados.
En Venezuela, donde la planificación estatal con base a los intereses nacionales resulta utópica, llegó el esperado momento de los ascensos y fueron promovidos en la Fanb 162 oficiales a los grados de general de división, vicealmirante, general de brigada y contralmirante.
Un detalle sobresaliente fue la reducción de ascendidos a contralmirantes dentro del componente Armada. Así, se pasó de 23 contralmirantes en 2021 a 14 contralmirantes en 2022. Cabe destacar que este es el grado con el que los oficiales se introducen al almirantazgo. Incluso la Aviación, siendo un componente más pequeño en personal y unidades, tuvo 20 ascendidos a general de brigada (equivalente a contralmirante en la Armada).
Lo anterior nos abre la duda sobre si pierden relevancia los marinos en la Fanb. Para saberlo tendremos que observar cómo queda la distribución de cargos de alto nivel dentro sistema defensivo territorial, así como en órganos adscritos al ministerio de Defensa y la administración pública.
Por otra parte, uno de los ascensos que despertó más suspicacia fue el del general de división Carlos Terán Hurtado, señalado por tortura durante su desempeño como director de la Dgcim. Esto evidencia la escaza disposición del gobierno para tomar medidas pertinentes en las acusaciones de crímenes de lesa humanidad que pesan sobre el Estado venezolano.
El desfile del 5 de julio
Continuamos con los paisajes sorprendentes de nuestra realidad política: en el desfile conmemorativo de los 211 años de la independencia nacional Nicolás Maduro estuvo ausente, pero en su lugar fue enviada una figura inflable de “Súper Bigote" que recorrió el paseo de Los Próceres. Tal hecho termina de borrar la solemnidad que en otros tiempos reinaba sobre este tipo de eventos.
Además, la alocución del gobernante fue a través de un video pregrabado, lo que sumado a la aparición de “Súper Bigote" nos da indicios del casi inexistente liderazgo y la imagen poco seria que puede tener Maduro dentro de la Fuerza Armada. Se trata de una verdad perceptible, pero incómoda para quienes gobiernan.
NEHOMARIS SUCRE | @Neho_Escribe
Politóloga y militar retirada.
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