La dictadura de los haters se combate con música

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Comunicación en gotas


Por: María Eugenia Fuenmayor

Nací y viví en democracia buena parte de mi vida. Pero me ha tocado ser testigo y padecer la degradación del país, la del propio y la de otros de la región que han sufrido el mismo destino o están por sufrirlo. He visto con profunda tristeza cómo el abuso y la destrucción de las instituciones se ha convertido en la modalidad predilecta para conservar el poder, con el añadido de la manipulación de la opinión pública.

Al analizar las expresiones más acabadas de este trabajo de manipulación, los «haters» comprometidos aparecen como una de las expresiones más patentes. Esta especie es producto no solo de la maniobra diseñada explícitamente para atomizar alacranadamente el alma a un país que sigue anhelando la vuelta a la democracia, sino que también se manifiestan a través de la crítica sin fundamento y la generalización exacerbada en redes sociales, ámbito este en el que la descalificación, el resentimiento y el odio se convierten exitosamente en las herramientas dilectas de ciertos «influencers» radicales.

El resultado de esto, en la mayoría de los casos, es que, por un lado, la mentira da una cabriola para convertirse en posverdad por efecto de la repetición constante (como celebraba aquel tristemente eximio ministro de comunicación nazi); y, por otro lado, la denuncia pertinente y deseable pierde credibilidad por efecto de la disolución de la objetividad y de la veracidad en un mar de informaciones contrapuestas, sesgadas y, muchas veces, sustentadas en el morbo que genera el amarillismo y la aceptación a ultranza de sus contenidos por una porción no despreciable de usuarios de las RRSS.         

Dicho lo anterior, quiero compartirles el maravilloso deleite y la enorme satisfacción que representa para nuestro país el poder disponer, sin embargo, de la mejor arma contra el odio; ese que infunden los «haters» comprometidos de cualquier signo y sus extremos.  Esa arma, ese formidable contrapeso es EL SISTEMA Nacional de Orquestas, el cual representa la ecuación perfecta para producir música, la pasión por ella, por aprenderla con método y disciplina y como vía de superación integral sobre la base del reconocimiento del talento y del esfuerzo.

Esta ecuación fue planteada y resuelta en democracia, en 1975, como vía de mejoramiento para  decenas de miles de venezolanos con poco o ningún acceso a oportunidades para surgir.

No me entusiasma mucho hacer odas a José Antonio Abreu ni a ninguno de los presidentes de la democracia que, sin duda, fueron los precursores, los grandes visionarios de este fenómeno social inédito en el planeta. Mis loas van, y con devoción, a ese millón de niños y jóvenes de todos los rincones de mi país, que han asumido este hermoso camino y me han convencido de que las fuerzas del mal tienen en El SISTEMA su kriptonita.

Gracias a la gentileza de @ClaudioNazoa y a los diligentes oficios de @JavierVidalp y @EduardoMendez tuvimos la posibilidad de reconciliarnos con la Venezuela que trasciende por encima de la oscuridad y por encima de las pretensiones de usar estas manifestaciones positivas como argumento de propaganda política. Hoy un número ojalá creciente de niños y jóvenes, fajados y talentosísimos, me hicieron más consciente de que el arte, el trabajo, la disciplina, la honestidad y la constancia pueden hacernos libres.

Sirva pues este empeño soñado y realizado en la Venezuela democrática (que por fortuna ni el autoritarismo ni la corrupción, ni la desinstitucionalización han logrado desmontar) para que las nuevas generaciones participen de esta ventana prodigiosa de libertad y referencia contundente de la ilustración y de lo que somos capaces de lograr, con o sin haters.

Ensayo de la Orquesta Alma Llanera perteneciente al Sistema

MARÍA EUGENIA FUENMAYOR | @mefcal

Experta en mercadeo, comunicaciones y reputación. Directora ejecutiva de Interalianza Consultores.

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