Le pregunto a un buen amigo, importante dirigente del Frente Amplio: Hermano, ¿la lucha da la impresión de haberse estancado? Me responde: “No lo veo así. El Psuv regresó a regañadientes a la AN; de hecho, se levantó el desacato. Se va a elegir un nuevo CNE. Putin no le dio un centavo a Maduro y le dijo que debía negociar. Maduro pidió ir a Oslo de nuevo, luego de haberse parado. Lo que sucede es que no es un avance estridente. Ve el acuerdo de la AN: excluye el radicalismo y apuesta por salidas negociadas".
El análisis del compañero de lucha podría ser válido, pero se sitúa en el plano de los análisis, de los supuestos, de las teorías. Porque los hechos, lo concreto, es que Maduro y su cúpula sólo han utilizado los diálogos para ganar tiempo, dividir a la oposición y radicalizar sus posturas.
En estos momentos, Maduro y su camarilla viven una especie de luna de miel: Perú, Ecuador y en menor medida Colombia, tienen graves problemas internos. Argentina, en la debacle de Macri y Brasil con un Bolsonaro que pierde cada día legitimidad.
Todos estos países lideran el Grupo de Lima y son la punta de lanza para terminar de cercar a la dictadura de Maduro. Pero ahora el dictador los utiliza para fortalecer sus nefastas políticas en Venezuela.
Claro, esa luna de miel sólo la viven ellos, porque la realidad para los venezolanos es otra: un país que colapsó en todos los niveles. Donde los servicios que garantizan la vida: salud, seguridad y alimentación no funcionan ni en 2m% para ningún estrado social, excluyendo a los que hoy día viven su luna de miel.
Uno de los sectores, a quienes paradójicamente acusan de ser el sostén de Maduro: las Fanb, son los que más sufren la devastación del gobierno. Militares activos han sido asesinados para robarles sus autos, debido a que han tenido que dedicarse a taxistas porque sus salarios no les alcanza para sobrevivir.
Mientras algunos generales que rodean a Maduro viven una vida de placeres y lujos, que sólo se la pueden dar los jeques y magnates, dado que les han otorgado concesiones de minas de oro, coltán y negocios en Pdvsa. Los restantes tienen que sostener a su familia con toda clase de trabajo extra: llevar pasajeros a las fronteras, bachaqueo, taxistas, escoltas.
Me confirma un amigo, general activo, que pese al empeño de Maduro y Padrino López de apelar al bolivarianismo y a la figura de Chávez para ganarse el afecto de la Fanb, no lo han podido lograr, porque aunque al componente no los mueve la política, la realidad es que en los cuarteles no hay comida, los soldados tienen que salir a sacrificar reses de los pocos hacendados que todavía quedan y pedir plátanos o yuca. Ellos podrán decir que nos hemos desplegado en las fronteras, pero eso es pura propaganda, ya que no tenemos la logística como para lograr el objetivo.
El general dice que los funcionarios de la Fanb han sido las víctimas silenciosas de esta tiranía, ya que se les acusa de ser los que sostienen a Maduro en el poder. Reciben el rechazo y los peores insultos de la sociedad, debido a esa campaña de odio. Pero nadie dice que tienen más de 1.500 compañeros detenidos por intentar salir de esta pesadilla. Que están siendo brutalmente torturados, sin que ninguna organización de derechos humanos levanten su vos por ellos, se lamenta la fuente.
Igualmente, dice que un grupo de generales no representa a la Fanb, pero la gente tiene que tener conciencia de que los militares arriesgan mucho, que son vigilados por espías nuestros y de otros países; de ahí que todo lo que se ha iniciado de parte de ellos no se ha concretado por la complejidad de lo que significa el mundo militar.
Uno de los intentos donde tenían las mejores expectativas, según él, falló porque un grupo de tenientes dejó unos tanques artillados y una compañera de casualidad se dio cuenta y se lo notificó a Diosdado Cabello, quien vino con los cubanos y se desmontó todo. Pero eso no lo sabe el mundo civil que les agrede a todo momento, cuando el grueso de la Fanb quiere una salida pacífica, pero contundente a esta crisis.
Estas declaraciones de la fuente militar, de la luna de miel que vive Maduro y su cúpula, es sólo una burbuja, porque sigue teniendo el rechazo del 86 % de los venezolanos, porque su poder es tan precario que descansa en un barril lleno de pólvora.
Ojalá el séquito de militares que lo rodea obligue a Maduro aceptar una salida pacífica que conduzca a unas elecciones libres, como la única manera de salvar a Venezuela y salvarse ellos.
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