Los Pitazos del Director | Los cinco pasos de la estrategia de partidos minoritarios para presidir la Asamblea Nacional

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Hoy conocimos de la reincorporación de los diputados del oficialismo a la Asamblea Nacional, un paso que forma parte de una estrategia elaborada entre representantes del gobierno de Nicolás Maduro y dirigentes políticos de partidos minoritarios, algunos de ellos diputados que llegaron al parlamento con el voto de electores que el 6 de diciembre de 2015, apoyaron a la Mesa de la Unidad Democrática.

Esta movida tiene al menos un mes de preparación. Pero hace dos semanas recibimos la información de una reunión en el Hotel Meliá Caracas entre esos políticos de vieja data -usted póngale rostros- y los representantes del gobierno de Maduro. Casi al mismo tiempo una fuente nos contó lo que se cocinaba en la trastienda de Miraflores para anular la fuerza política de Juan Guaidó, objetivo que se persigue a través de cinco pasos. Éstos se iniciaron con la conformación de una coalición de partidos minoritarios que se presentan como opositora al inquilino de Miraflores, donde
estuvieron de visita este lunes 16 de diciembre.

Primer paso: Reincorporar a los 55 diputados del Polo Patriótico. Pese a que desde un sector del oficialismo nos negaron esta movida, este lunes Jorge Rodríguez informó que los diputados volvían al parlamento para resolver la crisis política  y económica.

Este hecho tiene dos lecturas: Reconoce al parlamento presidido por Guaidó, y en los hechos desconoce a la Asamblea Nacional Constituyente, dirigida por Diosdado Cabello, pues no ayudó a Maduro a superar la crisis. 

La reacción de Cabello a favor del regreso al Parlamento que tiene como presidente a Guaidó, permite suponer que estuvo de acuerdo con la decisión. Esto puede significar que conoce la estrategia completa.

Segundo paso: Nombrar a una nueva directiva de la Asamblea Nacional presidida por un representante de la minoría, específicamente por Timoteo Zambrano, quien formó parte de Un Nuevo Tiempo hasta que sus colegas diputados manifestaron abiertamente que no querían que su organización lo postulara como presidente de la Asamblea Nacional en 2018. Entonces, Zambrano se convirtió en un independiente y más tarde en líder del partido minoritario Cambiemos.

Para lograr la presidencia, Zambrano, por ejemplo, necesita que a los 55 diputados del oficialismo se sumen los seis de su partido, los dos de Avanzada Progresista y dos independientes que no se han manifestado a favor de Guaidó. Así serían 64, por lo que faltarían 20 para lograr los 84 que son necesarios con la finalidad de alcanzar el quórum en el parlamento.

¿Cómo lograrán el quórum? Manejan diversas opciones, como las amenazas de prisión contra algunos diputados, quienes no tendrían necesidad de manifestar un salto de talanquera. Solo con ir a la Asamblea Nacional y ayudar a completar los 20 que faltan le harían la jugada a Maduro, pues con el quórum de 84, se necesitarían 43 parlamentarios para tener la mayoría que hace falta para nombrar a la nueva presidencia de la AN.

Tercer paso: Con la nueva presidencia de la AN, negociarán con el oficialismo y con la intermediación del Tribunal Supremo de Justicia, la designación de un nuevo Consejo Nacional Electoral. Porque si lo hacen por vía parlamentaria necesitarían 110 votos a favor, lo cual se hace cuesta arriba, aunque no imposible, sobre todo si logran presidir la AN.

Cuarto paso: Modificación de la ley electoral para volver a la representación de la minoría.

Quinto paso: Elección parlamentaria en abril de 2020, con garantía que se tendrá una nueva minoría, pues la oposición se dividiría y no participaría en ese proceso electoral. O en el peor de los casos, si la oposición participa en bloque y reúne los votos de 2015, nunca jamás tendrá 112 diputados, por lo que se le daría el piso para que Maduro se sostenga en el poder.

Las fuentes nos informaron que esta estrategia estaba en conocimiento de Guaidó. Por eso, debemos suponer que está preparado para responder a lo que en la oposición califican como una traición. De no ser así, entonces quedará en deuda con la historia y no demostrará el carácter de líder y estadista que se necesita para un verdadero cambio en Venezuela.

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