Por: Marco Hernández
@NicolasMaduro: “¡Reitero mi Denuncia! Se prepara contra Venezuela una enorme campaña comunicacional internacional para mentir sobre nuestra patria. Estamos preparados para enfrentarla con la verdad de nuestro pueblo que defiende con dignidad nuestra soberanía e independencia".
Este tuit lo escribió el pasado 15 de julio un desesperado Nicolás Maduro, consciente de que la olla putrefacta del colombiano Alex Saab lo va embarrar a él y a Cilia Flores, ya que este hombre es el principal responsable de la arquitectura financiera de la pareja presidencial y de toda la red de corrupción que han armado para saquear al país.
Maduro tiene pánico, porque aunque el pueblo venezolano está acostumbrado a que la corrupción sea algo normal en el país, no está preparado para asimilar la barbarie e impunidad como actuó Saab, sobre todo en el desfalco que se hizo con el negocio de las cajas Clap, el programa destinado a las personas más vulnerables del país.
Para hablar claro, antes de que Hugo Chávez lo ungiera como su sucesor, Nicolás Maduro no tenía ningún peso dentro de la estructura de poder del gobierno del propio Chávez. Su radio de acción estuvo focalizado en la Asamblea Nacional, donde fue dos veces presidente y luego le cedió el puesto a su mujer Cilia Flores, quien también estuvo dos períodos, en los cuales aprovechó para imponer el nepotismo más depravado que se recuerde, siendo denunciada por Fernando Soto Rojas, quien le sucedió en el cargo.
Luego duró seis años como canciller de la República, otro cargo decorativo, ya que, al igual que la Asamblea Nacional, el mismo Chávez se encargaba de tomar las decisiones importantes.
Su suerte cambió cuando un Chávez muy enfermo y presionado por los cubanos lo nombra, en 2012, vicepresidente. Desde ese entonces, se relaciona con Alex Saab, un empresario colombiano de poca monta, que Piedad Córdoba llevó a Venezuela para presentárselo a Hugo Chávez.
Como Maduro, hasta ese entonces, no había tenido un cargo que lo relacionara directamente con las mafias corruptas del poder que, hasta ese entonces supuestamente dominaba Diosdado Cabello y sus aliados como Jesse Chacón y Andrés Izarra, forjó una gran alianza con Saab. Es por ello que desde la detención de Saab en Cabo Verde, Maduro ha movido cielo y tierra para tratar de lograr su liberación, como nunca lo hizo con los sobrinos de Cilia Flores, quienes se encuentran presos en los Estados Unidos cumpliendo pena por delitos de narcotráfico.
Maduro no ha tenido reparos en presentar a Saab como un ciudadano venezolano y un agente de su gobierno que se hallaba en tránsito en Cabo Verde para regresar al país. Tampoco para contratarle los mejores abogados como el holandés Russel Martha, exdirector legal de la Interpol, y el célebre jurista español Baltasar Garzón.
…la detención de Saab en Cabo Verde, Maduro ha movido cielo y tierra para tratar de lograr su liberación, como nunca lo hizo con los sobrinos de Cilia Flores
Marco Hernández
Maduro sabe que Saab no es como sus sobrinos, que no se va a sacrificar por nadie, que apenas aterrice en los Estados Unidos va a ofrecer todos los detalles de la enorme corrupción del hombre que ha permitido el saqueo más grosero de un país en la historia de la humanidad.
Con toda esta artillería de defensores se logró impugnar el proceso de extradición del empresario colombiano y Maduro puede tener un lapso de tres meses para seguir maniobrando y ver cómo se desarrollan los acontecimientos en las elecciones de Estados Unidos.
Pero esa maniobra pudiera no durar tanto tiempo a su favor, una vez que comience a salir a la luz pública toda su presunta participación en los hechos de corrupción por los cuales Alex Saab enfrenta una extradición a los Estados Unidos.
MARCO HERNÁNDEZ | @hmarcovalor
Periodista, escritor y fundador de la ONG Periodistas por la Verdad.
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