Por: David Rico | @DavidRicoC Consultor político
«¡Noboa pasó por el debate!» repiten muchos analistas sobre las elecciones en Ecuador, pero esto es, desde mi punto de vista, falso. El análisis de un evento político tan crucial como un debate no puede limitarse a una afirmación tan simplista. Aunque es innegable que el debate brinda visibilidad y permite a los candidatos darse a conocer ante millones de ecuatorianos, atribuir una victoria electoral directa al mismo es una perspectiva limitada.
Un debate puede considerarse un trampolín para posicionarse en la mente de la gente, especialmente para aquellos candidatos que aún no han logrado una amplia visibilidad. Sin embargo, es crucial entender que la verdadera victoria no se asegura simplemente con una destacada actuación en este evento. Es una herramienta que ayuda a los candidatos a introducirse en el discurso público, pero las elecciones son un proceso mucho más complejo y se basan en una serie de factores diversos.
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En el caso de Ecuador, es necesario analizar el papel del debate en el contexto de las encuestas post debate. Es cierto que el debate puede generar un aumento en el conocimiento público de un candidato, pero este aumento no siempre se traduce en un crecimiento importante como candidato elegible. El ejemplo del candidato social cristiano Jan Topic es revelador, ya que su crecimiento vertiginoso tras el debate se detuvo y cayó debido a los ataques a su persona, acentuados por los escándalos y controversias.
La estrategia comunicativa también desempeña un papel crucial en este proceso. La exposición positiva de un candidato por parte de otros líderes políticos puede ser un arma de doble filo. En el caso de Topic y Correa, su enfoque en elogiar a Noboa podría haber contribuido a posicionarlo como una figura aparentemente inofensiva. La percepción de un candidato como «inofensivo» puede ser un factor importante para los indecisos, que buscan opciones confiables y seguras.
La muerte de Villavicencio también fue un factor influyente en el proceso electoral. Sin embargo, la manera en que se abordó este evento no logró capitalizar adecuadamente la emoción y la indignación de la gente por parte de su propio partido. Las acusaciones predominaron sobre la conexión emocional con los ciudadanos, lo que resultó en una falta de conexión entre la rabia y la desesperación de la población con un apoyo efectivo al candidato Christian Zurita quien tomó el relevo.
En cuanto a Otto Sonnenholzer, quien aparecía en muchas encuestas como el que más opciones tenía de arribar a segunda vuelta, su campaña sufrió una caída desde la muerte de Villavicencio debido a una estrategia comunicativa vacía y desconectada de las necesidades y emociones de las mayorías. Un exceso de preparación y una imagen de competencia pueden alejar a los votantes en lugar de atraerlos, ya que la empatía y la autenticidad suelen resonar más con el electorado.
La participación de candidatos como Yaku Pérez y Xavier Hervas, que intentaron utilizar las redes sociales de manera novedosa y efectista, pone de manifiesto la importancia de comprender la realidad política de cada país, así como lo alejados que están los ciudadanos de la “tiktokización" de los políticos y la política.
Es común ver en Latinoamérica, que las ideas llamativas, disruptivas y novedosas en redes sociales, se posicionan como dogmas arraigados, y estas estrategias poco convencionales no siempre son efectivas.
En última instancia, la elección de Noboa como un resultado de una suma de factores demuestra que las encuestas no se equivocaron, ya que capturaron la tendencia de crecimiento y la inclinación de los indecisos hacia el candidato que parecía representar algo distinto. El debate, aunque importante, es solo una pieza del rompecabezas electoral.
El proceso electoral es complejo y multidimensional, y ninguna victoria puede ser atribuida exclusivamente a un solo factor. El análisis político debe considerar las estrategias de comunicación, la conexión emocional con los ciudadanos, la percepción pública y la realidad política del país. Así, entenderemos que la verdadera dimensión del debate va más allá de una simple afirmación sobre quién ganó, y se sumerge en un análisis profundo de los factores que influyen en la decisión de los votantes.
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