Por: Freddy Bogady Flores
Desidia y abandono es lo que caracteriza el trato que el gobierno revolucionario le ha dado a los servicios públicos hospitalarios del municipio Bermúdez, del Estado Sucre. El caso del hospital doctor Santos Aníbal Dominicci de Carúpano es emblemático, y no solo afecta a los habitantes de esa zona, sino a los pacientes de otros ocho municipios de la región que se acercan a él en busca de salud.
Lo que sigue es una descripción del dantesco escenario con el que se encuentran los pacientes y visitantes del centro asistencial. Lamentablemente, una lista que se repite en casi todos los hospitales del país.
El hospital doctor Santos Anibal Dominicci, de Carúpano, no está rodeado de jardines; ni de un ambiente marítimo: se encuentra rodeado de basura que además es quemada, presuntamente, por los mismos trabajadores. El humo se desprende de estos montones de desechos y penetra en las diferentes áreas del hospital, empeorando las condiciones de permanencia de los enfermos, sobre todo, de quienes padecen de problemas respiratorios.
La entrada a la emergencia del hospital es de tierra, lo que hace que al llover se forme un grande y profundo charco de agua, casi como un pozo, que dificulta el acceso a las instalaciones del centro, pues no queda más remedio que atravesarlo. El periplo no termina aquí.
Una vez salvado este obstáculo, una improvisada sala de espera, que por el tiempo que tiene ya es permanente, recibe a la gente. Debajo de un destartalado toldo hecho pedazos, funciona la sala de espera de los familiares de los pacientes hospitalizados.
Y queda más: el área de emergencia no cumple con los requisitos de higiene de un centro de salud; no está limpia, al contrario. Y no puede estarlo porque no hay agua por tuberías, por lo que el paciente o su familiar, debe cargar con su ración durante la hospitalización.
Digamos que además de la preocupación de estar enfermos, los pacientes deben llevar el agua —ya lo dijimos—; comprar todos los medicamentos que requiera; suturas y equipos quirúrgicos, si necesita una operación. Hay que dar gracias, si reciben la atención de un médico.
Con esta realidad se enfrenta todos los días una comunidad de muy bajos recursos económicos, que a duras penas logra tener un trabajo; y recibir un salario mínimo de unos 23 dólares, si se calcula el cambio en 5,5 bolívares por dólar.
Pero el asunto no llegar aquí, porque ni muertos descansan los ciudadanos: la morgue se encuentra en una condición deplorable; abandonada por el gobierno, pero ocupada por ratas, basura, moscas, gatos y sus excrementos. Las cavas refrigeradoras tienen más de cinco años dañadas y, si los cadáveres no se retiran en las primeras horas, comienza su proceso de putrefacción.
Está situacione no sólo afectan a los habitantes del municipio Bermúdez, también a los habitantes de los municipios Valdez, Mariño, Cajigal, Libertador, Benites, Andrés Mata y Arismendi. Los habitantes de los municipios sucrenses afectados solicitan a las alcaldías de los municipios señalados, a la Gobernación del estado Sucre y, muy especialmente, al gobierno nacional, que restituya todos los servicios paralizados en el hospital general de Carúpano.
Le recuerdan al Gobierno que su responsabilidad es servir a la gente y máxime a los más vulnerables, pues ante éstas situaciones él mismo los pone en estado de abandono e indefensión.
Señores Gobierno municipal, estadal y central, el hospital de Carúpano doctor Santos Anibal Dominicci está pidiendo a gritos ser salvado de una catástrofe, donde la gente en lugar de encontrar salud, es más probable que consiga enfermedades.
Los enfermos merecen y necesitan un lugar pulcro, de buena atención, con sábanas, agua, luz, comedor para los enfermos y su acompañante, lavandería, ambulancias en óptimas condiciones, baños higiénicos y, por supuesto, medicamentos e insumos hospitalarios de cirugía.
Freddy Bogady Flores | Abogada güireña | Facebook: Freddy Bogady Flores
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