Maturín.- Mercedes del Valle Benavides Campos, de 57 años, es la segunda detenida por el cuádruple homicidio ocurrido el lunes 25 de noviembre en Punta de Mata, municipio Ezequiel Zamora del estado Monagas. La arrestaron por ser cómplice en el crimen perpetrado por José Ignacio Solórzano Benavides (26), padre de dos de las víctimas, tío de la otra y expareja de Glendys Rengel.
El Pitazo conoció que Benavides Campos fue apresada por una comisión del Cuerpo de Investigaciones, Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) por intentar desvirtuar las pesquisas de los funcionarios. La mujer es señalada de lavar la ropa y de limpiar la habitación de su hijo posterior al asesinato la madrugada del pasado lunes.
La comisión policial confirmó la versión al practicar una prueba de luminol en la habitación y otra hematológica. Sobre la actuación de Solórzano Benavides, las pesquisas determinaron que el hombre llegó hasta la casa de su expareja y le propinó las heridas con un cuchillo, que fue recolectado como evidencia. El martes, una tía de la víctima dijo a El Pitazo que José Ignacio había estado el domingo 24 de noviembre en la casa de Glendys en un compartir.
En cuanto al móvil del crimen, la investigación refiere que fue pasional. Una amiga de Glendys insinuó un día después del asesinato que la joven de 23 años había sido víctima de violencia psicológica; ese día pidió justicia para una madre dedicada a sus hijos y también detener la violencia doméstica que muchas mujeres sufren en silencio.
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La hermana de Glendys, mamá de crianza de José Gregorio Castillo (11), uno de los niños asesinados, prefirió no declarar sobre lo ocurrido. Pero quienes la conocían en la calle 3 del sector Francisco de Miranda, donde ocurrió el crimen, dijeron que nunca quiso entregarle sus hijos a la abuela paterna, porque ella prefería cuidarlos en las condiciones que fueran. La muchacha vendía pescado en el mercado de Punta de Mata junto a un primo.
El hallazgo de los cuatro cadáveres fue hecho a eso de las 7:00 de la mañana del lunes cuando el primo que trabajaba con Glendys se dio cuenta de que no salió de su casa para llevar a Ignacio Junior al preescolar, a Aarón Alexander al simoncito y a José Gregorio a la escuela. Preocupado, fue a buscar a un tío para tratar de entrar a la vivienda para saber si había alguien.
Como las puertas estaban cerradas, optaron por pedirle a una niña de la comunidad que entrara por un hueco en la reja para observara por una de las ventanas si veía a alguien. Pero lo que la pequeña observó fue sangre en el pasillo que va hacia uno de los cuartos. La familia acudió a la Policía del estado en busca de ayuda.
Al entrar, se toparon con los cuerpos de los niños de 4 y 11 años en la entrada de la habitación en medio de un pozo de sangre. Glendys estaba con el bebé acostada en su cama, también bañados en sangre. Las puertas no estaban violentadas al igual que ningún otro espacio de la residencia de la víctima.
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