Maturín en cuarentena: padres enfrentan el reto de distraer a los niños

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Algunos niños pasan el tiempo dibujando en casa viendo tutoriales | Foto: Jesymar Añez

Maturín.- El ingenio ha sido la clave para enfrentar el reto de distraer a los niños en casa durante la cuarentena nacional social, decretada por el gobierno de Nicolás Maduro el 17 de marzo. En Maturín, El Pitazo conversó con cuatro familias para saber cómo han pasado estos ocho días y coincidieron en que la paciencia también les ha permitido sobrellevar la inquietud de sus hijos.

Sentarse a hacer la tarea no es suficiente y es poco atractivo para ‘matar’ el aburrimiento, porque “en vacaciones no se hacen tareas", le dice a diario María Camila a su mamá, Virginia Durán, quien lleva la contabilidad de cuatro tiendas y una panadería en el centro de Maturín. Ahora, trabaja desde su casa y confiesa que no ha sabido cómo manejarlo.

“Pensé que sería sencillo porque a ella le gusta dibujar en cualquier hoja, así que creí que mientras ella pintaba yo podía trabajar, pero no ha sido así. Es bastante difícil, porque se fastidia rápido y solo pregunta cuándo vamos a casa de la abuela o cuándo puede ir a jugar con sus amiguitos", cuenta. Su hija tiene 5 años y no suele distraerse por tiempo prolongado con la televisión, eso solo lo consigue con la tableta y Youtube, pero al no tener Wifi la situación se complica.

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Virginia decidió combinar las horas de trabajo con la de los juegos y llegó a acuerdos con su hija; usa el reloj digital del microondas para decirle que a determinada hora será momento para las dos. Entonces, María Camila está pendiente de los números mientras dibuja, juega con sus muñecas o mira dibujos animados. “El primer día preguntaba a cada rato si ya era la hora, pero después comprendió", dijo.

En casa de Betzabé Luzardo y Giorgiani Goitía el reto ha sido explicarle a Micaela, de 2 años de edad, por qué no puede salir a la calle. “Le digo que afuera hay muchos virus invisibles que si la tocan la pueden enfermar, que lo mejor es no salir. Ahora me dice, ‘oh no, mamá, un virus detrás de ti’ y luego sale corriendo", cuenta Betzabé.

En casa de los Goitía, Micaela prepara galletas de chocolate | Foto: Betzabé Luzardo

La  pareja ha distraido a Micaela preparando galletas, dulces que en medio de la cuarentena lograron perfeccionar. “Cuando comenzó la cuarentena, nos recomendaron una infusión de limón, gengibre, cúrcuma y bicarbonato para aumentar las defensas. Ese día, el papá de Micaela salió a comprar todo además del chocolate que ibamos a necesitar para las galletas. Cuando estábamos haciendo la receta, confundió el polvo de hornear con el bicarbonato y ese día las galletas no quedaron duras", comenta entre risas.

Retomando juegos

En la casa de los Cardona hay un niño y una adolescente. Sobrellevar la cuarentena ha sido todo un reto, en especial por la adolescente que no comprende mucho que debe quedarse en casa porque hay un virus que ha matado a miles de personas en el mundo. “Le digo que en la calle hay una gripe muy mala y que por eso no se puede salir", relata César Cardona, contador.

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En este tiempo, desempolvaron dos papagayos de una actividad escolar y los volvieron a usar. Él y Salomón, su hijo menor, salen a las áreas comunes de su urbanismo y allí los vuelan guardando la distancia con el resto de las personas y usando tapabocas. “Gilda es más difícil, pero igual entiende, con 12 años aún juega de cocinita, con semillas, monte y flores, hace suchi", mencionó.

Gilda y Salomón Cardona desempolvaron sus papagayos en estos días | Foto: César Cardona

David González le dijo a su hijo Juan David, de 6 años de edad, que en el mundo hay una enfermedad que se autodestruye cuando las familias se quedan en casa. “Entonces, somos superhéroes", le dijo el niño al papá después de escuchar la explicación. A Juan David no le quedó de otra que sonreír y decirle que sí. Aunque confiesa que no ha sido fácil lidiar con el constante “estoy aburrido" de Carlos, dice que si algo le agradece al coronavirus es que tiene más tiempo con su primogénito.

Ambos han jugado metras y trompo, también han coloreado. Una noche descubrió que aún le quedaban estrellitas de Navidad y las usó con él. “Ha sido gratificante en medio de todo. Creo que si algo hemos aprendido es que debemos disfrutar de nuestra familia, Dios nos la regaló por algo", expresó.

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