Caracas.- Edwards Montilla es un oboísta venezolano de 27 años de edad. Es oriundo de Caracas y audicionó por un cupo en la Universidad Superior de Música de Alto Rendimiento de Valencia, en España, y este 15 de julio le contó a El Pitazo su historia con el objetivo de conseguir una ayuda económica que le permita conquistar su sueño.
“Mi sueño siempre ha sido perfeccionarme y enaltecer a mi país, pero ha sido un proceso lento y hoy en día tengo una gran oportunidad, pero no tengo los recursos para viajar y por eso pido apoyo a los venezolanos, para que me ayuden por lo menos con un dólar de aporte para reunir los fondos que me permitan cumplir con la meta", pidió Edwars.
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Edwards obtuvo una de las mejores calificaciones en la prueba a la que aplicó en la Universidad Superior de Música de Alto Rendimiento de Valencia. Sabe que los venezolanos son solidarios y por eso dejó este número telefónico para quien desee comunicarse con él para ayudarlo: 0414-3990256. “También pueden visitar mi cuenta en instagram @edwardoboe", sugirió.
El joven se inició en el mundo de la música a los 8 años de edad, cuando comenzó a participar como coralista en distintos conciertos en el país. A los 14 años sintió afinidad por el oboe e hizo un sacrificio para adquirir uno. Su madre, Ana Mireya Verdi, se lo compró para ayudarlo a cumplir su inclinación musical.
El oboe es un instrumento de viento de doble lengüeta pequeño y muy importante en la orquesta por emitir notas dulces y fuertes al mismo tiempo. Es la pasión de Edward, quien debe viajar a España en septiembre para iniciar su profesionalización.
Tras graduarse como bachiller, audicionó en distintas bandas y sinfónicas venezolanas, entre las que suma el Conservatorio de Música Simón Bolívar, Orquesta Sinfónica Juvenil, Banda Sinfónica Simón Bolívar, Banda Marcial Caracas y Orquesta Gran Mariscal de Ayacucho.
“Uno de mis maestros me dio toda la información para postularme a la universidad y con su apoyo logré que me realizaran una audición que debía ser presencial, pero la realizaron vía online y quedé seleccionado, pero ahora no tengo como viajar ni pagar mi estadía los primeros meses", relató.
El joven oboísta trabajó por dos meses en una librería, pero sentía que no estaba haciendo lo que le gustaba y fue así como se impulsó para lograr mejorar sus técnicas y conocer a maestros europeos que le brindaron la oportunidad de postularse y convertirse en un profesional.