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La propuesta de Ordenanza de Convivencia Ciudadana y Derecho a la Ciudad de Maracaibo, que emana del Consejo Municipal, preocupa a la sociedad civil. Su contenido, contemplado en más de 60 hojas, menciona diversos temas, desde los relativos a la basura y el agua, hasta la circulación de peatones y vehículos en el espacio público.
Desde el inicio, esta propuesta ha sido polémica. Nace en medio del desconocimiento colectivo debido a la poca difusión que ha hecho la municipalidad sobre su contenido, y la consulta pública de este 20 de septiembre se realizó en el Jardín Botánico de Maracaibo, a 15 kilómetros del Casco Central de la capital zuliana, en un contexto de pandemia en el que el acceso a la gasolina es casi nulo y el transporte público no puede prestar servicio, lo que limitó la participación ciudadana.
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Entre las principales preocupaciones, destacan el fondo, las formas y las sanciones que contempla la propuesta de Ordenanza. Estas conclusiones, fueron compartidas durante un foro-chat organizado por Mediosur, Ciclovías Maracaibo y San Francisco y el grupo Masa Crítica, en el que participaron activistas, ciclistas, abogados, especialistas en movilidad urbana sostenible y público en general. Uno de los primeros puntos expuestos fue la petición de Ciclovías Maracaibo para que la ordenanza refleje las peticiones del gremio de ciclistas.
«No provoca leerla y eso quiere decir que hay muy pocos incentivo para conocer su contenido«, comentó el abogado y profesor universitario Juan Berríos. Otros participantes agregaron que la propuesta es tan amplia, que está en todo y termina estando en nada. «Es un pasticho», aseguró uno de ellos. También se desconoce con certeza quiénes participaron en su elaboración y quiénes la proponen.
Entre los puntos que causan más disgustos y rechazo están los que contemplan las sanciones, «desproporcionadas y exageradas». De entrar en vigencia, por ejemplo, las personas de la tercera edad que crucen la calle sin la ayuda de un acompañante serán sancionados con 1 Petro, deberán cursar 12 horas académicas y hacer trabajo comunitario.
Para Berríos, llama la atención la importancia que tienen las sanciones y como se procura la restricción de los derechos. «Genera oportunidad para la arbitrariedad y excesos».
Entre los artículos más comentados y criticados de la propuesta resalta el 46, que menciona que en las noches los peatones, ciclistas y patinadores deberán portar una linterna o cualquier prenda de material reflectante, sin olvidar el casco: quienes lo incumplan serán multados.
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Carmen Velásquez, especialista en movilidad urbana, señala que el Estado es el responsable de que las calles estén iluminadas, no las personas. «La seguridad no la da el casco, la da la iluminación, la infraestructura. Preocupa que esta propuesta habla de ciclovías “si existiera" y no da garantías de que la ciudad vaya a tener. Tiene muchos vacíos, como el de los caminos escolares, que no los menciona».
Incluso, la propuesta de Ordenanza tiene malas definiciones y errores conceptuales. De acuerdo con Velásquez, primero debió hacerse un plan de movilidad. «Por ejemplo, en ninguna parte leí los tipos de ciclovías que están planteadas o las dimensiones de las aceras, y no está porque no existe un plan de movilidad».
Los ciclistas también se quejan de que “lejos de fomentar el uso de la bicicleta, la Ordenanza lo restringe". Peticiones claves, como la exigencia sobre la distancia de 1.5 metros entre los vehículos y los ciclistas no se refleja en ningún punto.
Ángel López, coordinador de Ciclovías Maracaibo, explicó durante el foro-chat que la propuesta de Ordenanza es la respuesta directa de la Alcaldía ante las exigencias de soluciones a los problemas.
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«Nunca se le había dado este nivel de atención y enfoque al uso de la bicicleta. Tenemos una responsabilidad muy grande y debemos saber plantear lo que como comunidad necesitamos. La propuesta tiene muchas aristas que pueden terminar empeorando el panorama de la movilidad sostenible en nuestra ciudad. No hemos sido consultados para elaborar la propuesta y son marcadas nuestras observaciones, por la necesidad de que se aplique de manera correcta la creación de normativas»
Las participantes coincidieron que no hace falta una ordenanza para que la municipalidad señalice las vías, instale mobiliario, cree ciclovías o haga campañas educativas. El alcalde puede hacerlo cuando quiera, porque son decisiones ejecutivas.
Con información de Francisco Rincón.
