La delegación del presidente interino de Venezuela Juan Guaidó ante la Organización de Estados Americanos (OEA) acusó al gobernante Nicolás Maduro este viernes, 12 de noviembre, de patrocinar grupos violentos en distintos países, con el supuesto propósito de romper el «orden democrático».
«Maduro es narcotráfico», agregó el opositor en su participación este viernes en el diálogo de los jefes de las delegaciones asistentes a la 51 Asamblea General de la OEA, que Guatemala acoge de forma remota.
El comisionado para Relaciones Exteriores del gobierno interino de Guaidó, a nombre de la delegación venezolana ante la OEA, aseguró además que el mandatario chavista apoya a grupos terroristas, como las disidencias de la extinta guerrilla colombiana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y al Ejército Liberación Nacional (ELN).
El político venezolano abrió su intervención hablando sobre el impacto de la pandemia y lo que considera un tsunami económico, pero sobre todo político el que afronta el continente.
En este sentido, Julio Borges advirtió: «La herida abierta e infectada que significa Maduro sigue siendo un punto de desestabilización para toda la región«. Posteriormente añadió que la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) abrió formalmente una investigación por la presunta comisión de delitos de lesa humanidad en Venezuela, lo que consideró «inédito» en el hemisferio occidental.
Además, lamentó que algunos países critiquen la presencia de la delegación que encabezó en esta jornada ante la OEA, sin cuestionarse cuál es la realidad que vive su país. Borges reaccionó así a la objeción expresada el jueves por México, Bolivia, Nicaragua, Argentina, Dominica, Antigua y Barbuda, Belice y Trinidad y Tobago durante la verificación de credenciales de la Asamblea General.
Estos países han rechazado la participación de la delegación venezolana, al señalar que el gobierno de Maduro anunció su retiro de ese organismo en 2017, lo que entraba en vigor dos años después. Sin embargo, la OEA desconoció en 2019 el segundo mandato de Maduro y se sumó a los países que consideraron a Guaidó como presidente interino de Venezuela, cuyo delegado permanente ante ese organismo es Gustavo Tarre.
El delegado venezolano llamó la atención sobre el retroceso en la convivencia política de la región, y aseguró que se produce a una «velocidad astronómica».
Se sumó igualmente a la condena internacional a las elecciones del domingo pasado en Nicaragua, en las que se impuso el actual presidente Daniel Ortega, y consideró «increíble» que muchos países quieran, a su juicio, tapar la realidad antidemocrática que se vive en ese país.
«Eso debería ser el tema principal de esta reunión: el hecho de que nuestra democracia continental se está destruyendo a pasos agigantados y se está abriendo las puertas a regímenes que incluso países dentro de esta Asamblea defienden injustificadamente«, sentenció.