Caracas.- Escuchar el veredicto de la jueza Grendy Duque contra los seis sindicalistas dejó en shock a la esposa de Alonso Meléndez, Yesifer Requena. Ahora su pareja deberá estar 16 años tras las rejas y conocer esta condena la obligó a salir corriendo de la sala donde se le dictaba sentencia a seis hombres por los cargos de conspiración y asociación para delinquir, aun cuando el único testigo de los hechos nunca compareció.
La situación provocó una descarga de rabia, ira e indignación porque al no haber ningún tipo de pruebas se había llenado de esperanza y confió en que podía haber justicia en el caso, que se inició hace unos 14 meses.
“Duré tres horas para volver en mí. Fue muy difícil aceptarlo y aún lo es", narra la esposa de Meléndez, quien cuestiona el papel de los fiscales del Ministerio Público en las detenciones arbitrarias.
«A estos fiscales les queda grande su responsabilidad porque ellos no pudieron en ningún momento expresar alguna acusación como tal. Solamente se dignaron a repetir lo que inicialmente el juez, José Mascimino Márquez, puso en el expediente», dijo Requena en una llamada telefónica a El Pitazo.
Juez Mascimino Márquez los amenazó para aceptar culpabilidad
La esposa de Alonso Meléndez denunció que justamente Márquez, quien fue condenado por la trama de corrupción que se destapó a mediados de marzo, intentó hacer que los seis sindicalistas aceptaran, durante la audiencia preliminar, la culpabilidad en los hechos vinculados al terrorismo, algo que se negaron a hacer y por eso pasaron a la fase de juicio.
“Los sindicalistas se negaron sabiendo las consecuencias, porque este juez los amenazó. Les dijo: ‘Si ustedes no aceptan serán condenados, quizás por 30 años’, algo que no aceptaron en ningún momento porque no son culpables. Pero sobre ellos cayó lo que él les había prometido inicialmente", relató la esposa de Meléndez.
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Requena asegura que esa es la forma como el sistema de justicia opera. Es un modus operandi que usan con los que llegan a esos tribunales. “Tienes que aceptar que eres terrorista, porque si no, bueno, ya sabes lo que te espera", acotó.
Recalca que desde la detención su familia sabía que el gobierno de Nicolás Maduro era capaz de estas acciones y otras más, pero reconoce que un hecho es estar consciente de la situación y otro es vivirlo.
“De hecho, el denunciante, es decir, el acusador, nunca se presentó porque no existe. Tuve esperanza, pero al ver esa noticia tan horrible y con esa cara tan lavada y cínica (de los fiscales y del juez)…", dice.
Yesifer Requena recuerda que en la cara de los fiscales y de los custodios se podía ver la injusticia, porque durante la audiencia hicieron algunos gestos que revelaban que esa sentencia fue ordenada.
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Él siempre ha estado en la lucha
Requena narra que desde el momento en que conoció a Alonso Meléndez ya era un luchador por los derechos sociales de los trabajadores, por la seguridad y mejoras salariales. Recuerda que desde los 15 años se convirtió en dirigente de Bandera Roja en el estado Falcón, un partido conformado principalmente por personas comunistas, de izquierda.
“Nunca me imaginé que iba a pasar por esto, porque siempre estuvo dentro del marco legal. Nunca imaginé que Alonso, por estar metido en la lucha de todo lo que significa las costas del estado Falcón, terminaría así", puntualiza.
Lo que más le sorprende a la esposa de Meléndez sobre las acusaciones que hicieron contra su esposo, son los términos que usaron, porque lo calificaron de mercenario y terrorista.
“Jamás pensé que iban a hacer unas acusaciones tan terribles, que lo llamarían mercenario, porque la palabra terrorista es, mundialmente, una palabra demasiado grande. ¿Te imaginas a alguien con bombas molotov, un kamikaze o cosas de este estilo? ¡Ellos aquí usan esta palabra de una manera tan fácil!", añade Requena.
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¿Quién es Alonso Meléndez?
“Es un buen hombre, excelente esposo y padre. Es una persona que tú puedes tener como ejemplo. Es un buen hijo y hace falta en la casa. Es el hombre que yo soñé y a quien necesito", dice entre lágrimas Requena.
Destaca que Alonso Meléndez no es un delincuente ni mucho menos una persona que no tiene honor. Defiende los valores desde que se levanta hasta que se acuesta y que en cada momento recuerda el significado de la dignidad, contó.
“Te aseguro que todos ellos son hombres que tienen el mismo patrón, que creen en la democracia y la libertad. Y este es el precio que le paga la vida", sentencia la esposa del ingeniero pesquero.
Meléndez trabajó en Petróleos de Venezuela (Pdvsa), en Corporación de Servicios Pesqueros y Acuícolas de Venezuela (Corpesca, S.A.), Hidrológica de los Médanos Falconianos, C.A (Hidrofalcón) y el Centro de Refinación de Paraguaná, donde se desempeñó como capataz de mecánica en la refinería de Amuay y Punta Cardón.
Situación familiar
Requena lamenta que sus suegros tengan que enfrentar este proceso en el que se vio involucrado Meléndez. Recuerda que son personas de la tercera edad e incluso su madre es una paciente oncológica que se prepara para comenzar con su radioterapia.
Este pescador artesanal es el único hijo varón de su familia, a quien le dieron la mejor educación y ejemplos que pudieron, señala la pareja de Meléndez. Pero este integrante de Bandera Roja también tiene tres hijos, de 7, 10 y 14 años, quienes desconocen los detalles de lo que sucedió con su padre y las razones por las cuales su familia está separada de él.
“No tuve la cara para decirles de qué manera y por qué razón su padre tiene esto encima", agrega. Además, reconoce que como madre es complicado enfrentar esta situación, y más cuando uno de los niños enfrenta la etapa de la adolescencia.
Un poder judicial atroz
Yesifer Requena califica de atroz el caer en las manos del poder judicial de este país, porque su vida cambió: de pensar en los problemas de la casa pasó a estar preocupada por lo que pueda comer su esposo, qué agua va a tomar, cómo hacer para llevarle ropa limpia y cómo puede estar al relacionarse con los demás presos comunes.
“Donde está fuman, consumen, fiestean, hay enfermedades respiratorias e infecciones en la piel. Ha sido terrible para nosotros en lo que es costos en todos los sentidos, pero económicamente todo lo poco que puede entrar es para él", dice Requena.
La pareja de Meléndez asegura que los sindicalistas no eran financiados por organizaciones no gubernamentales (ONG). “A nosotros ninguna ONG nos ayuda. Con lo poquito que podemos conseguir aquí y allá, obtenemos el pasaje para poder traerle por lo menos la ropa limpia", precisa.
Aunque Requena es administradora le ha tocado hacer de todo para poder costear esta situación, como vender ropa, perfumes o cualquier otro artículo que pueda comercializar por internet.
“Donde yo pueda recoger algo, pues allí estoy. Es una realidad de todos", señala la esposa de Meléndez, quien luego del proceso judicial contra su esposo evalúa la forma de mudarse a Caracas para estar más cerca de él.
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