Familiares del general en jefe Raúl Isaías Baduel acudieron este miércoles, 13 de octubre, a la morgue de Bello Monte para retirar su cadáver después de que la noche anterior el fiscal general del gobierno de Maduro, Tarek William Saab, anunció su muerte a través de Twitter. Los parientes denunciaron que no tienen la certeza de que el resultado de la autopsia sea correcto.
La última conversación que sostuvo el general Baduel con su familia ocurrió el pasado 2 de octubre y duró 30 minutos. «Mi papá me dijo que él no se iba a prestar para bufonadas ni juegos de la tiranía, y que si él quería dejarnos algo a nosotros era un legado de dignidad. Mi papá nos dejó a nosotros un legado de dignidad. Él falleció con las botas puestas», detalló su hija Margareth Baduel.
Agregó que fueron casi tres años en los cuales su padre no tuvo asistencia médica. “A mi papá lo asesinaron lentamente. Lo asesinaron por sus condiciones en la Tumba, en Fuerte Tiuna, en Cenapromil (Ramo Verde)», declaró una de las hijas del militar de 66 años, Margareth Baduel, desde las afueras de la morgue.
La joven denunció además que no recibieron llamadas de ningún funcionario para informarles de su muerte. «Tengo un bebé de cuatro meses y me quedé dormida con mi hermana. Nos despertó la noticia; nos enteramos al igual que se enteraron todos los venezolanos», declaró.
Esta mañana les fue entregado el informe de la autopsia que reseña que la muerte del general se debió a sospechas de COVID-19. «No aseguran que tenía COVID-19 y estamos seguros de que no tenía«, afirmó la hija de Baduel.
La viuda del exministro de la Defensa, Cruz María de Baduel, quien también estuvo en la morgue, detalló a la prensa que les prohibieron declarar, pero no especificó quién intentaba censurarlos. Reiteró que «no había atención médica. Lo dejaron morir».