Caracas.- La ruptura de relaciones diplomáticas está volviendo a ser una política habitual del gobierno de Nicolás Maduro. El 29 de julio le exigió a Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay retirar a su personal diplomático de Venezuela. Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional (AN), propuso sumar un nuevo país a la lista el pasado 11 de septiembre: España.
Entre el país ibérico y Venezuela hay lazos culturales e históricos que han marcado sus relaciones bilaterales. Por esa razón, El Pitazo entrevistó al directivo del Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales (Covri), Iván Rojas, y al periodista y magíster en Ciencias Políticas, José De Bastos, para analizar los posibles efectos de esta potencial ruptura. Ambos concluyeron que el exmandatario José Luis Rodríguez Zapatero no sería tan influyente en la decisión de Pedro Sánchez para mediar por un regreso de Venezuela a la senda democrática.
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Las implicaciones
El reconocimiento como presidente electo a Edmundo González Urrutia por parte del Congreso español fue definido por Jorge Rodríguez como una “declaración de guerra". Incluso, invitó a los parlamentarios a “pelear". Para De Bastos, esa postura conflictiva tiene que ver con que la prioridad del oficialismo no es Venezuela, sino el mismo gabinete y los funcionarios afines del resto de poderes públicos.
“Es una actitud de estar conmigo o en mi contra. Aún sabiendo del daño que estas medidas causan a la economía y la conexión del país con el resto del mundo", añadió el periodista. Este 12 de septiembre, durante un acto público, la ministra de Defensa de España, Margarita Robles, calificó al gobierno de Maduro como una “dictadura".
Otra de las interpretaciones que hizo De Bastos es que el gobierno de Maduro considera la situación actual como algo temporal y que confía superar esta “crisis" en algún momento de 2025, cuando los gobiernos prefieran reiniciar sus vínculos con la administración de Maduro.
“¡Que cesen los vuelos!", dijo Rodríguez tras sugerir el fin de todas las relaciones comerciales. Este pedido surgió casi cuatro meses después de que la compañía española Repsol obtuviese una licencia de Estados Unidos para llevar a cabo proyectos de petróleo y gas en Venezuela. Precisamente en mayo de 2024, según la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), España efectuó la mayor compra de crudo venezolano desde 2002: 632.000 toneladas.
La ruptura de relaciones bilaterales conlleva varias consecuencias. Entre ellas, según Rojas, está la disminución de los canales de comunicación entre ambos países. También el retiro del personal diplomático, aunque pueden quedar miembros que cuiden la integridad de las sedes. Sin embargo, señaló que esta reacción es repetida, ya que en 2019 también ocurrió algo similar con el caso de Juan Guaidó.
“Claro, hay una diferencia. En ese entonces, dependía de una interpretación de la Constitución y de cómo fueron llevadas las elecciones de 2018. Ahora es considerar la legitimidad o no de los resultados anunciados por el CNE", agregó el internacionalista.
Una de las posibilidades que asomó el directivo del Covri fue que, debido al antecedente con Guaidó, algunos países mantengan la cautela y no reconozcan en el corto plazo a González Urrutia. Este 12 de septiembre el presidente español, Pedro Sánchez, reafirmó la postura de su Gobierno, la misma que la posición de la Unión Europea (UE): no reconocer al representante de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) y seguir exigiendo la publicación de actas al ente electoral.
Los intereses gubernamentales
Un día antes de reunirse con Edmundo González, Sánchez dijo que el margen de mediación de su gobierno y el de la UE será hasta finales de 2024. La PUD afirmó que el 10 de enero de 2025, desde el exilio, el diplomático venezolano será juramentado como presidente. Entre los últimos meses del presente año y los diez primeros días del siguiente, tanto el Gobierno español como la comunidad europea esperan que esté solucionado el conflicto político en Venezuela.
“Le pedirá calma a Rodríguez y Maduro para mantener los vínculos que permitieron la salida de González. Pareciera que Sánchez quiere actuar como mediador y no puede ser tan contundente como otros en su apoyo a González", aseguró De Bastos.
La reacción del presidente de la AN no solo fue una muestra de rechazo, sino también “una especie de amenaza" para el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), según el analista político. Ante la intención de Sánchez de interceder en el caso venezolano, una amenaza de ruptura de relaciones es una “forma de ponerle presión a España".
Por su parte, Rojas destacó la importancia de los vínculos internacionales entre los países. “Hay relaciones bilaterales más importantes que otras", recordó. Como ejemplo, puso el caso de Lula da Silva y Javier Milei. El presidente brasileño no reconoció la reelección de Maduro, pese a ser su aliado, y eso no significó un quiebre en las relaciones. Mientras que el mandatario argentino fue distinto, la tensión y las críticas entre él y Maduro son habituales, algo que hizo más sencillo el quiebre sin tener un gran costo para sus respectivos intereses.
“Estas rupturas dependen de la relación existente del Gobierno venezolano con los países. La relación previa es tan o más importante que la reacción", precisó el internacionalista.
En el caso de España, Rojas consideró que es una relación “interesante" porque, de los países europeos, es quien ha mantenido una postura más conciliadora con Maduro. También hay una afinidad cultural entre ambos países que han hecho estrechas las relaciones. “España siempre ha tenido una posición importante en el mapa de la política exterior de Venezuela en Europa", sentenció.
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El papel de Zapatero
Uno de los españoles que más relación ha tenido con el Gobierno venezolano durante los últimos años ha sido el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Incluso, fue uno de los observadores electorales invitados por el CNE, en representación del Grupo de Puebla, organización de la cual es jefe y fundador.
De acuerdo con el diario El País, Zapatero fue un intermediario entre el oficialismo y los diplomáticos españoles para negociar la salida de González Urrutia. De Bastos lo calificó como un “actor clave para el chavismo" y comentó que debería ser considerado más como un agente de Maduro que como un mediador de Sánchez. También dijo que, si bien puede facilitar la comunicación entre ambos países, es una influencia negativa para la democracia venezolana.
“Puede influir en el exilio y la salida de prisión de algunos dirigentes, o ciudadanos con doble nacionalidad, pero no lo veo de ninguna forma como alguien que contribuya con la transición", opinó.
A su vez, Rojas dijo que sus acciones o consideraciones no tendrían tanta influencia sobre Sánchez como sí lo tiene la presión que está ejerciendo el Partido Popular (PP) y demás opositores españoles en el Congreso. “Ese para mí será un factor más importante que la visión de Rodríguez Zapatero", aseguró. En conclusión, más allá de la influencia que tenga el exmandatario en el PSOE, el reconocimiento del parlamento a González Urrutia puede influir más en las acciones que lleve a cabo el jefe de Estado español en los próximos meses.
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