Referendo sobre el Esequibo: un acto de precampaña que la oposición no supo aprovechar

Caracas.- Centros electorales vacíos, control de votantes desde instituciones públicas y consejos comunales, amenazas, una oposición dividida, inconsistencias en los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y falta de cifras oficiales claras son parte de las situaciones que definieron al referendo consultivo sobre el Esequibo del pasado domingo 3 de diciembre, una actividad que para el consultor político Pablo Andrés Quintero no fue más que un acto de precampaña organizado por el Gobierno de Nicolás Maduro que la oposición no supo aprovechar.

“Es un referendo que tiene un alto contenido propagandístico para impulsar nuevas matrices de opinión que le den un empujón a la campaña de Nicolás Maduro en base a simbología patriótica, identidad nacional y ocasionando con esto también situaciones complicadas donde la oposición esté mucho más dividida", dijo a El Pitazo el politólogo y director de la firma de consultoría política Log Consultancy.

Para Quintero, justamente parte de los objetivos de ese referendo era incrementar los niveles de división dentro de la oposición, lo cual se logró con una respuesta contradictoria en cada uno de los dirigentes.

De acuerdo con el experto, el gobierno gana en dos vértices: por un lado, de alguna manera consolida a sus aliados estratégicos y logra amalgamar a ciertos sectores indecisos con el fin de reunificar fuerzas políticas; y, por el otro, utiliza este evento para generar escenarios y diseñar estrategias que conlleven a la fragmentación de la oposición. 

“Vimos en el Consejo Federal de Gobierno y en el Consejo de Economía la participación de diversos actores, económicos, políticos, sociales, culturales, etc. Y el otro punto es el tema de siempre, la división", apuntó.

En ese sentido, Quintero insiste en el carácter propagandístico del referendo con el fin de impulsar nuevas matrices de opinión que beneficien la campaña de Maduro. Según el experto, este mensaje se basaría en la simbología patriótica y de la identidad nacional.

Cifras vs. participación: los números no cuadran

Un total de 10.555.092 electores participaron en la jornada consultiva, según el tercer boletín del CNE publicado el miércoles 6. Esa cifra contrasta con el flujo de votantes que se pudo evidenciar en los centros de votación y que fue reseñado tanto por el equipo de El Pitazo en sus recorridos, tanto en Caracas como en el interior del país, como por los usuarios de redes sociales.

“El CNE desde temprano comienza un discurso que no se corresponde con la realidad. Aseverar que la participación se triplica es, cuando menos, un chiste que todo el mundo reconoce", dijo el politólogo y analista de temas electorales Jesús Castellanos en recientes declaraciones a El Pitazo.

De acuerdo con algunos estadistas y expertos también consultados por El Pitazo durante esta semana, como el economista, estadístico y profesor universitario José Villa, esa cifra pareciera más bien representar el número de votos al sumar las respuestas a las cinco preguntas, y no el total de electores. como aclaró en su segundo boletín el presidente del ente electoral, Elvis Amoroso.

En su declaración del lunes, el máximo representante del CNE, además, corrigió al alza el número ofrecido en el primer boletín: pasó de 10.431.907 con el 98 % de las actas a 10.554.320. También pasa de hablar de votos a electores. Villa considera prácticamente imposible alcanzar esa cantidad de votantes en un país con un padrón electoral de unas 22,5 millones de personas, de las cuales alrededor de 7 millones se encuentran en el exterior y sin posibilidades de participar.

“De esos 15 millones de electores que quedan en el país no pueden decir que 70 % tiene afinidad con el Gobierno. Eso es una mentira muy grande", dijo Villa.

“El Gobierno tiene que aclarar de alguna manera de dónde aparecieron esos 10,5 millones de personas que participaron. Ojalá toda la información sea publicada en el Consejo Nacional Electoral, esto es lo que corresponde", añadió Quintero.

Movilización y amenazas a funcionarios

Como ya es costumbre en la maquinaria chavista, en este referendo consultivo no faltaron las amenazas y llamados a participar desde las instituciones públicas y los movimientos sociales asociados al Gobierno de Nicolás Maduro. Desde la conformación del llamado sistema 1×10 hasta solicitudes de fotografías en los centros electorales fueron diversos los mecanismos utilizados para impulsar la movilización previo al día de la consulta.

Pero en la jornada destacaron cerca de los centros electorales de zonas populares los puntos rojos, que en esta ocasión fueron toldos azules o tricolores, en los que hacían el listado y posterior escaneo del carnet de la Patria de los votantes. “Por los beneficios", aseguraban las personas encargadas de recolectar los datos. 

“El Partido Socialista Unido de Venezuela activará su poderosa maquinaria en los 15.850 centros de votación con el 1×10 de base, con las jefas y jefes de calle, con las jefas y jefes de comunidad", había dicho Maduro en un acto previo al referendo. 

Y esa necesidad de atraer votantes se vio reflejada en la tarde, cuando esos mismos jefes de comunidades comenzaron a mover sus redes de contactos para atraer, sin éxito, a los ciudadanos hacia los centros electorales. Incluso, sorprendió la extensión de la jornada a pesar de la ausencia de colas en los centros electorales.

“Hubo un intenso trabajo por parte de las maquinarias del oficialismo para movilizar y para pedir el voto cinco veces sí", dijo, por su parte, el politólogo Pablo Andrés Quintero. Pero el resultado no fue el esperado a pesar de los números anunciados por Amoroso. 

“El Gobierno hace maromas para que no se note lo que todos notamos. Una participación muy por debajo de sus expectativas que, por otra parte, denota problemas críticos en su conexión popular y capacidad de movilización", escribió el economista y director de Datanálisis, Luis Vicente León, en su cuenta de X, la mañana del 4 de diciembre.

El rol de la oposición

En la oposición, los criterios estuvieron divididos hasta el último momento. El comunicado de la Plataforma Unitaria respecto a la actividad no fue claro, dejaba a consideración de los electores su participación o no, al igual que las respuestas. Mientras la ganadora de la primaria del pasado mes de octubre, María Corina Machado, catalogaba de inútil este referendo consultivo, otros dirigentes como Henrique Capriles Radonski acudían a las urnas. Defensores de Derechos Humanos, como Rocío San Miguel, directora de la ONG Control Ciudadano, planteaba una participación con respuestas diferentes a las promovidas por el chavismo.

Y es esa diversidad de posturas las que cuestiona el consultor político Pablo Andrés Quintero, quien considera que la oposición perdió la oportunidad de apropiarse de lenguajes, símbolos y relatos y de comunicar emociones. “Creo que la oposición todavía no ha comprendido, después de tantos años, que el fuerte del oficialismo es la propaganda y las campañas", señaló.

Quintero insiste en que la oposición debió participar, apropiarse de términos y narrativas que permitieran generar dilemas, incluso dentro del gobierno. “Yo creo que la oposición actuó de una manera un poco visceral dándole la espalda a este proceso, fijando una posición ambigua, una posición en algunos candidatos contradictoria y en algunos liderazgos muy blanda".

Para el experto, este sector político perdió la oportunidad de reconectar con la población, manifestar sus ideas, posicionarse en la agenda, poner titulares, generar memorabilidad y recuerdos en la ciudadanía a través de una campaña nacional. 

Explicó que cuando se trata de procesos electorales de carácter nacional, como fue el referendo consultivo, la actitud condenatoria hacia los dirigentes que deciden participar termina pasando factura a la oposición. “Vienen los descalificativos, que si eres chavista, etc. Yo creo que la oposición está siendo víctima de sus propios ataques y esto no lo ayuda en nada", expresó.

A su juicio, la oposición debe reflexionar sobre cómo contener y construir una estrategia frente a la propaganda masiva del oficialismo que se va a seguir intensificando hasta el 2024 con la elección presidencial.

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La confianza en el CNE de cara al 2024  

Tras los resultados anunciados por el CNE y el contraste con lo observado en las calles, una de las preocupaciones que dejó el referendo consultivo es la confianza que pueda generar el ente electoral de cara a una convocatoria como la elección presidencial prevista para 2024. 

Sin embargo, para Pablo Andrés Quintero los procesos electorales tienen distinta naturaleza y, con base en esa premisa, confía en que las conversaciones en Barbados garantizarán la transparencia y las condiciones que amerita.

“Al haber observación internacional hay situaciones como la del referendo consultivo que no van a suceder. Creo que hay que esperar un poco para observar qué va a pasar en el 2024, pero son procesos distintos y yo siento que el referendo consultivo no genera un condicionante negativo para las elecciones presidenciales", refirió.

Jesús Castellanos, por su parte, ve con cautela la actuación del poder electoral de cara a la presidencial en 2024. “Eso puede ser muy delicado para el ente comicial que se inicia a la luz de los venideros procesos electorales. Fallas en su legitimidad de origen a la que se agregan fallas en su legitimidad de funcionamiento y también en la legitimidad de resultados", agregó Castellanos en la nota publicada por El Pitazo el pasado lunes.

En su tuit del pasado lunes, Luis Vicente León también señaló que ahora la oposición se enfrenta al doble dilema de celebrar la debilidad de un referendo que debería defender  nuestro territorio y atacar las formas de la acción del CNE, que es la institución con la que deberá participar en las presidenciales del 2024. 

“Mientras más duro el ataque contra él (el CNE), más riesgo de generar abstención inducida por desconfianza, algo que ya le ha perjudicado muchas veces en el pasado y compromete la vía electoral, que es la única donde realmente tiene opciones en el futuro", escribió en la red social X.